El arrepentimiento sincero nos eleva a niveles de consciencia Divina a los que no podríamos haber llegado de otra forma. Dado que la tzaráat afectaba específicamente a personas que no tenían nada de lo que arrepentirse, les permitía incluso a ellos lograr una cercanía a D-os reservada normalmente a personas que se arrepintieron de algún pecado.
A pesar de que esto es cierto de la tzaráat en general, se veía más claramente con la tzaráat de las casas, donde quien la padecía era recompensado abiertamente adquiriendo repentinamente la riqueza material escondida en sus paredes. Este golpe de fortuna material reflejaba la ganancia espiritual inesperada que adquirió la persona: su nueva cercanía con D-os.
Es así como debemos ver cualquier aparente adversidad o contratiempo en la vida. Es la forma que tiene D-os de elevarnos a un nivel de relación con Él que no podríamos haber logrado por nosotros mismos.1
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