Los rituales que eran realizados por el sumo sacerdote en el Tabernáculo en Iom Kipur expiaban principalmente por los pecados colectivos de la comunidad. En cambio, cada uno expía sus pecados personales en Iom Kipur a través del arrepentimiento, el ayuno y la abstención del trabajo en este día.
El Poder de Iom Kipur
כִּי בַיּוֹם הַזֶּה יְכַפֵּר עֲלֵיכֶם לְטַהֵר אֶתְכֶם וגו': (ויקרא טז:ל)
Porque en este día, [D-os] expiará todas sus transgresiones para purificarlos. (Levítico 16:30)

En lugar de sacar “quirúrgicamente” nuestros pecados de nosotros, Iom Kipur nos saca a nosotros de nuestros pecados al elevarnos por encima de ellos. Es por eso que la atención en Iom Kipur está enfocada en nuestra relación con D-os en vez de en nuestros pecados en sí. Lo que se requiere de nosotros en este día es que anhelemos reconciliarnos con D-os en un sentido general, y que expresemos este deseo respetando Iom Kipur apropiadamente.

Iom Kipur nos eleva de esta forma porque el día mismo revela la conexión intrínseca que cada judío comparte con D-os en virtud de su alma Divina. La conexión entre nuestra esencia y la esencia de D-os existía desde antes de la Creación y por lo tanto no está limitada por tiempo o espacio. Por esta razón, no puede ser dañada por ningún pecado que hayamos cometido. Resulta, entonces, que el mismo día de Iom Kipur - al revelar esta conexión intrínseca entre nosotros y D-os - borra nuestros pecados, dejando la cuenta completamente limpia.1