A continuación, D-os le enseña a Moisés las leyes sobre el dar caridad y la prohibición de cobrar intereses sobre los préstamos.
El Valor del Trabajo
אַל תִּקַּח מֵאִתּוֹ נֶשֶׁךְ וְתַרְבִּית וגו': (ויקרא כה:לו)
[D-os le instruyó a Moisés para que le diga al pueblo judío] “No deben cobrarle intereses.” Levítico 25:36

Hay una diferencia sutil pero crucial entre un inversor que gana dinero de su inversión y un prestamista que se beneficia de dar su dinero en préstamo. Cuando invertimos en un negocio, el dinero invertido todavía nos pertenece, el dinero está “trabajando” para nosotros. Por lo tanto nos ganamos las ganancias que dé el negocio. Un préstamo, en cambio, transfiere la propiedad del capital al prestatario; el dinero ahora le pertenece a este, a pesar de que está obligado a devolverlo después. Cobrar interés por un préstamo implica beneficiarse del trabajo de otro sin haber participado en ese esfuerzo. El prestamista cobra interés sólo basado en el hecho de que el dinero le había pertenecido a él.

Cobrar intereses por un préstamo es algo que está en contra de la forma en la que D-os quiere que opere el mundo. D-os pretende que nos refinemos trabajando por nuestros logros, tanto espirituales como materiales. En palabras de los sabios, “Si alguien te dice, ‘Me he esforzado sin resultados,’ no le creas. Si dice ‘No me he esforzado, pero he visto resultados,’ tampoco le creas. Si dice ‘Me he esforzado y he visto resultados,’ créele.”1