Al ver que los territorios de los reyes Sijón y Og eran aptos para el pastoreo de grandes rebaños de vacunos y ovinos, las tribus de Reuvén y Gad pidieron a Moshé tomar posesión de esos territorios y no cruzar el río Jordán hacia Canaán. Moshé los reprendió por intentar evitar el enfrentamiento con las naciones que en ese momento ocupaban Canaán. Las tribus de Reuvén y Gad prometieron entonces ayudar a las otras tribus a conquistar los territorios ubicados en el margen occidental del río Jordán antes de establecerse ellos en el margen oriental./div>
Moderar el ascetismo
וּמִקְנֶה רַב הָיָה לִבְנֵי רְאוּבֵן וְלִבְנֵי גָד עָצוּם מְאֹד וגו': (במדבר לב:א)
Los descendientes de Reuvén y Gad tenían abundancia de ganado. Números 32:1

Estas dos tribus querían vivir como pastores porque esa ocupación conduce a un estilo de vida meditativo. Moshé inicialmente se opuso a la propuesta porque sabía que, hasta el arribo de la Era Mesiánica, la intención de D-os es que nos enfrentemos al mundo físico e incluso luchemos en él si es necesario con el objeto de depurarlo y elevarlo. Moshé accedió tras estipular que ellos primero ayudarían a sus hermanos a conquistar la Tierra de Israel. La experiencia de enfrentamiento al mundo material aseguraría que su posterior regreso al pastoreo no derivara en una huida de la realidad.

Del mismo modo, no debemos ver como una molestia frustrante el tiempo que estamos obligados a pasar elevando y depurando las tareas rutinarias del mundo. Por el contrario, debemos verlas ante todo como nuestra verdadera misión divina y, segundo, como la clave para asegurar que nuestro estudio de la Torá, nuestros rezos y nuestro cumplimiento de los mandamientos de D-os se lleven a cabo con las más puras y apropiadas de las intenciones.1