La porción de la Torá de esta semana relata el comienzo del fin para los egipcios. Las primeras siete de las diez plagas son descargadas sobre los egipcios: Sangre, Ranas, Piojos, Animales Salvajes, Pestilencia, Llagas y Langostas.
A menudo se me pregunta acerca del trato de Di-s a los egipcios: ¿por qué los golpeó tan duramente? Si el propósito de Di-s era redimir a Su pueblo de la esclavitud egipcia, ¡Por qué no los sacó simplemente! Ciertamente Di-s podía haber liberado a los israelitas al "estilo Gandhi"… ¿Por qué toda la violencia? ¿Por qué la Torá,que es el plano de Di-s para "vivir saludablemente", es tan violenta?
Primero debemos disipar un error común.
El profeta Isaías escribe que los caminos de Di-s no son los caminos de carne y hueso; Él trabaja en un plano completamente diferente. Cuando un humano es herido por otro, física o emocionalmente, la reacción instintiva es un deseo de reaccionar, de golpear en respuesta. A veces nos refrenamos, y a veces no, pero nosotros no controlamos nuestro instinto de autoprotección innato —y su compañero inmediato, el deseo de responder a una amenaza a nuestro bienestar.
El acto de un simple mortal, sin embargo, no representa ninguna "amenaza" a Di-s. Los actos perpetrados "contra" Di-s no pueden penetrarlo o dañarlo. Por lo tanto no hay una reacción instintiva, ni un deseo natural de castigar.
Es verdad, nuestros buenos actos gratifican a Di-s, y nuestros pecados lo disgustan. Pero esto es sólo porque Di-s elije libremente ser alegrado o decepcionado por ciertos comportamientos. Una acción o un acto son relevantes a los ojos de Di-s sólo porque Él permite que sea relevante, pero en última instancia, como se relaciona con la esencia de Di-s, es un acto de un mortal, y no pueden ni deleitarlo ni ofenderlo.
Lo mismo es cierto con el sistema de recompensa y castigo, chequeos y balances, que Di-s instituyó en Su creación. Di-s decidió que una mitzvá es una forma de conectarse con Él, y así, llevando a cabo un buen acto uno abre una cañería, liberando el flujo de la energía Divina para sí mismo. Cuando uno hace lo contrario, cierra esa cañería, digamos. No es el oponerse a Di-s lo que provoca una dura respuesta; sino, cuando hacen una acción positiva, generan una reacción espiritual (y a menudo física). Cuando hacen el bien, el bien es la reacción. Cuando hacen el mal, la reacción es mala. Es un asunto de causa y efecto.
Cuando los egipcios dañaron al pueblo de Di-s, provocaron una reacción que estaba, y está, embebida en la naturaleza de la creación. Los buenos actos son respondidos con bondad, y los malos actos reciben su respuesta también. Es la persona misma que dispara la respuesta, activando, como quien dice, el mecanismo que Di-s mismo creó.
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