Yo oro a Di-s, estudio Torá y cumplo Mitzvot, pero negocios son negocios…". La Tora nos ordena destinar el diezmo de nuestras ganancias a caridad, nos prohíbe prestar con intereses, estafar, malversar y trabajar en Shabat y días festivos, a veces hacemos la vista gorda ante estos mandatos bíblicos para aumentar nuestras ganancias
Karl Marx pudo haber sido el pionero, pero muchos otros judíos también se involucraron en la lucha por el comunismo, particularmente en los primeros días de la revolución rusa. Personalmente no creo que debamos disculparnos por este fenómeno.
Bitajón es vida. Y donde hay vida, no hay supervivencia. Ambos no pueden existir a la vez. Porque donde hay vida, no hay futuro ni pasado. Sólo hay vida -- aquella que está frente a ti en cualquier momento determinado, aceptada a pleno y sin juicio
El ser humano está compuesto de un alma y un cuerpo. La parnasá es el medio para asegurar la presencia del alma dentro del cuerpo en forma plena, pero no es el fin de nuestra existencia.
Vaikrá 25 establece una serie de leyes cuyo objetivo es corregir la tendencia hacia la cada vez mayor y más radical desigualdad producto de la economía de libre mercado.
Podemos hablar extensamente sobre nuestra fe en Di-s y nuestra confianza en Su absoluta sabiduría, bondad y generosidad.
Pero… ¿realmente lo respaldamos con acciones concretas? ¿Ponemos el dinero donde ponemos las palabras?
Hay un arte en el disfrute. Si uno quiere saborear una comida exótica, un buen vino, música, pintura o poesía, hay una forma especial de hacerlo para que realmente nos llegue. Lo mismo pasa con el judaísmo.
Como es habitual, cuando el lector llegó a la parte de las maldiciones, bajó la voz. De pronto, el Rebe de Klausenberg gritó en ídish: “¡Ejer!” (“¡Más fuerte!”). El lector se desconcertó. Solo estaba siguiendo la costumbre de generaciones.
Difícilmente vas a encontrar un profesional dispuesto a trabajar por tres caramelos la hora, ¿no? Lo mismo pasa en el plano espiritual. Una persona conectada con lo trascendente puede mirar las riquezas materiales con cierta distancia.
Aún hoy, aunque no todos cultivamos campos, seguimos enfrentando desafíos similares. A veces creemos que confiar en D-os está bien… siempre y cuando no afecte nuestro bolsillo. Decimos “voy a estudiar Torá y hacer mitzvot, pero los negocios son los negocios…”.
Desde la perspectiva de la Torá, lo más elevado no es la independencia total, sino la conexión con D-os. Ser “sirviente” de D-os no implica sometimiento ciego, sino libertad profunda.
¿No debería valer más un gran estudioso que alguien que apenas sabe leer?
Por Yanki Tauber
La Torá dice que todos somos iguales ante D-os, “desde vuestros líderes y ancianos hasta los cortadores de leña y los que sacan agua”. Pero, ¿de verdad podemos ver a todos como nuestros iguales, cuando está claro que algunos tienen más conocimientos o habilidades que otros?