Estimado rabino:
Me estaba preguntando cómo las enseñanzas judías, y especialmente jasídicas y místicas, consideran a la marihuana como forma de acercarse a D-os.
Por supuesto, que está el hecho obvio que la marihuana es algo ilegal. Pero obviamente hay algunas excepciones a cosas que se pueden hacer para propósitos espirituales que normalmente estarían fuera de la ley.
Respuesta:
Antes que tu alma descendiera a este mundo, estaba en lo alto. En la máxima altura. Tan alto, que había una sola forma que pudiera subir más: metiéndose a sí misma en un cuerpo de sangre y huesos viniendo a vivir aquí abajo en el planeta Tierra.
Este es el plan de juego: el alma desciende y se inviste dentro de un bloque de matrices de colágeno (conocido como cuerpo) que habla y camina. El cuerpo piensa por sí mismo y no quiere escuchar al alma. El alma se siente atrapada, oprimida, forzada a hacer cosas que no puede soportar. El alma llega a encontrar dentro, poderes ocultos. El alma trabaja con el cuerpo. Gradualmente, el alma refina al cuerpo. El cuerpo se convierte en algo parecido al alma. El alma descubre su quinta esencia.
Es debido a esto, que la mejor forma que conozco de elevarme es sumergir mi cabeza en un balde profundo de enseñanzas jasídicas, especialmente una jugosa meditación guiada de Jabad (conocida como Maamar), procesos mentales para traer enseñanzas kabalísticas al ámbito del intelecto humano, enseñanzas sobre mundos superiores, las sefirot y ángeles que parecen estar muy allá. Dejo que mi alma intente traer de cualquier forma que pueda esto a la materia gris de mi cerebro y que mi corazón lleno de sangre palpite sobre esto.
Por lo menos, quedo sudando, todo con mi propio poder. y es desde allí que viene el elevarse: de buscar profundamente dentro, todo por ti mismo.
Quien sabe, quizás la marihuana u otros psicotrópicos abran las puertas de la percepción del alma. Quizás le de un corto respiro de la transpiración que le provoca su misión aquí abajo. Pero es una elevación mentirosa. y, para el alma, hace que la larga travesía aquí abajo sea un mal viaje. “¿Esto es elevarse?” dice. “¡Si era para esto, me hubiera quedado ahí arriba y estaría mucho, mucho más alto!”.
La elevación real se puede lograr solo trabajando con el cuerpo, no escapándose de él; abriendo las puertas de tu percepción paso a paso, estirando sus límites un poco más cada día; ocupando tus sentidos, miembros, corazón, mente y estómago diariamente en hermosos actos divinos. Ese es el camino para elevarse y permanecer allí.
Como dijo Euclides sobre aprender geometría, no hay un camino principal para la iluminación espiritual. O, para parafrasear las palabras frecuentemente citadas de Rabí Ben Hei Hei en la Mishná: “Según el trabajo es la recompensa” (Pirke Avot 5:21).
El Rebe, Rabí Menajem Mendel Schneerson, que su mérito nos proteja, una vez le respondió a alguien con tu pregunta, diciendo que el camino del Judaísmo es que “la persona sea dueña de sí misma, la esclavitud de cualquier tipo es un error.” Las drogas psicodélicas, indica el Rebe, no dan ese dominio. Generalmente proveen lo opuesto.
Así que esta es mi recomendación: engánchese en un aprendizaje profundo de enseñanzas de Torá en una situación de uno a uno, y elévese de verdad. Siga profundizando y encontrará más y más, llegando alto y más alto aún.
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