Pregunta:
Luego de haber estudiado el Tania durante algunos años, he llegado a una encrucijada: Al concentrarnos profundamente en cómo Di-s excede todas las cosas y al mismo tiempo es parte intrínseca de ellas, en cómo Él gobierna y controla todo lo que existe en el mundo, y como todo parece ser obsoleto ante Él, ¿cómo se supone que debemos amarlo?
¡Resulta difícil de entender!
¿Cómo puede ser que el hecho de reconocer la grandeza de Di-s nos haga amarlo? Por el contrario, contemplar su grandeza solo me aleja más y más de Él. Si es tan magno, elevado y poderoso y yo soy tan pequeño, ¿Cómo nos conectamos? ¿Cómo es posible amar algo que excede mi capacidad de entendimiento?
Mi rabino lo dijo muchas veces ya: “Puedes amar sólo aquello que te es cercano, aquello que puedes ver y relacionarte.” Estas reflexiones me hacen sentir pequeño por Su grandeza - ¿pero amor?
Respuesta:
Efectivamente, falta un eslabón en la cadena de pensamientos que se plantea.
Imaginemos el siguiente escenario (resulta más sencillo si se es estadounidense, pero puede ser adaptado si uno no lo es):
Una persona se encuentra disfrutando de su café matutino mientras revisa su correo. De pronto, entre los sobres, encuentra uno cuyo remitente es “Casa Blanca, Washington, DC.”
Al abrirlo, encuentra una carta dirigida a su persona del mismo presidente de los Estados Unidos. En la carta describe un nuevo proyecto llamado “Conociendo al Ciudadano”, mediante el cual, ciertas personas tendrán la posibilidad de conocer al Presidente personalmente.
Mientras piensa que se trata de una broma de mal gusto, suena el teléfono. “Sr. X”, pronuncia la voz al otro lado del teléfono, “le habla el coordinador de eventos de la Casa Blanca ¿Usted ha recibido una carta el día de hoy? Maravilloso. El Presidente quería saber si estaba disponible para almorzar con él hoy y quizás, luego, acompañarlo a dar unas vueltas en su avión privado”.
Sin dudas, conocer al Presidente sería algo emocionante. Y no se trata de un partido de golf en la Casa Blanca, ni de las conversaciones en el Despacho Oval. Es el saber que él lo eligió personalmente, de entre 300 millones de estadounidenses, para acompañarlo durante un día. Uno de los hombres más poderosos del mundo, lo ha elegido para obsequiarle sus horas de descanso y compartir los regalos que el país tiene para ofrecerle.
Ahora bien, ¿cómo se sentirían respecto del Presidente?
Seguramente hayan vivido esto en la vida real a una menor escala. Cuando una persona a la que admiramos muestra interés en uno, nos sentimos más cercanos a ella. Es una respuesta emocional espontanea. Dicha persona es tan genial, tan maravillosa, tan buena, y se tomó el tiempo de encontrarnos y crear un vínculo real con nosotros. Resulta imposible no amarla.
Di-s es el gran Rey que se describe en el Tania: todopoderoso, misericordioso y con toda la existencia a Su disposición. Él contempló toda la creación y decidió hacerla a un lado para elegir a cada uno de nosotros. Y nos dice “Quiero acercarme a ti. Déjame mostrarte cómo podemos construir una relación juntos”.
Cuanto mayor sea nuestro entendimiento de la grandeza de DI-s, mayor será el impacto que sintamos al ser elegidos y, por ende, mayor será nuestro amor por Él.
Ojalá que estas palabras resulten útiles.
Únete a la charla