Pregunta

Hace poco, leí acerca de una mujer que había donado altruistamente su riñón a alguien que estaba muy enfermo y que necesitaba un transplante en forma urgente. La historia me conmovió profundamente y me hizo pensar que yo también quiero donar mi riñón para salvar la vida de alguien.

El problema es que mi madre, quien está ya mayor, está rotundamente en contra de mi deseo. Fundamenta que la caridad comienza en el hogar y que un familiar puede llegar a necesitar mi órgano en el futuro. “¿Y si yo necesito tu riñón? ¿Y si lo necesitara tu única hija? ¿A quién le pediríamos ayuda?, ¿y cómo te sentirías en ese momento?”, alega, aunque ni ella ni mi hija tienen ningún tipo de afección renal.

Sé que donar un riñón es una mitzvá importante. Pero también sé que honrar al padre y a la madre es un mandamiento. Me pregunto: ¿Puedo desestimar su opinión y donar mi riñón?

Respuesta

Como bien remarcas, hay dos mitzvot que parecieran estar en conflicto: honrar al padre y a la madre y donar un órgano. Para resolver este conflicto, necesitamos entender mejor los parámetros de ambas mitzvot.

Empecemos con la mitzvá de kibud av v'eim, honrar al padre y a la madre.

Aunque está incluida en los diez mandamientos, honrar al padre y a la madre no sustituye a otras mitzvot. La Torá dice: “Cada hombre deberá honrar a su madre y a su padre y deberá cumplir con mi shabat. Yo soy el S‑ñor, tu Di‑s Levítico 19: 3. , así, yuxtapone el cumplimiento del shabat con la reverencia a los padres. El versículo nos enseña que, si bien uno debe honrar a los padres, debe al mismo tiempo “cumplir con el shabat” y seguir los mandamientos de Di‑s. Después de todo, tanto el niño como los padres están obligados por igual a honrar y cumplir con las mitzvot de Di‑s1 .

En concreto, si sus padres le ordenan incumplir un mandamiento positivo o negativo, se debe desestimar la orden y cumplir con el mandamiento2 . Además, si sus padres le piden que les haga un favor, y usted debe cumplir con una mitzvá que no puede delegar ni posponer, debe cumplir primero con la mitzvá y desestimar el honor debido a los padres, dado que tanto usted como sus padres están obligados a cumplir con el mandamiento. Sin embargo, y si se puede, usted debe delegar o posponer la mitzvá y honrar a sus padres3 .

En virtud de lo cual, si hubiera un mandamiento en la Torá que ordenara expresamente a donar los órganos, la respuesta sería entonces algo simple, ya que esa obligación sustituye a la de honrar a los padres. Sin embargo, ese no es el caso.

¿Existe la obligación de donar los órganos?

Nota: La siguiente exposición se aplica únicamente a las donaciones de riñón en vida. Los otros tipos de donaciones de órganos (en particular, las que se realizan postmortem) son más complejas y se encuentran por fuera del alcance de esta exposición.

Las personas fueron creadas con dos riñones, aunque se puede sobrevivir con uno solo. Esto le permite a una persona saludable donar uno de sus riñones a alguien que padezca una enfermedad renal. En algunas situaciones, una donación de riñón es la única manera de salvar la vida de un paciente. La pregunta es ¿estamos obligados a donar un riñón para salvar una vida?

Si bien la Torá nos ordena: “No atentarás contra la vida de tu prójimo”4 , y nuestros sabios nos dicen que “aquél que salva aunque sea una vida, es como si hubiera salvado al mundo entero”5 , existen numerosas limitaciones a los casos en que uno está obligado a salvar la vida de otro.

Poner en peligro la propia vida para salvar otras

El Talmud Ierushalmi nos cuenta de un incidente en el cual el Rab Aimi fue capturado en una zona peligrosa. El Rab Iojanan dijo: “Envuelvan a los muertos en sus mortajas”. El Rab Shimon ben Lakish respondió: “Mataré o moriré. Iré con gran fuerza y lo salvaré”6 .

Basados en este comentario, algunos estudiosos concluyen que uno está obligado a salvar una vida aun si al hacerlo pone en riesgo la propia7 .

Sin embargo, otros señalan que el Talmud Babli pareciera estar en desacuerdo Algunos tratan de conciliar ambos Talmud al explicar que, esencialmente, el Talmud Ierushalmi acepta que no hay obligación de poner la vida propia en riesgo para salvar otra vida. Este análisis explica que Reish Lakish no lo hizo por obligación, sino por su propio deseo (ver, por ejemplo, Rab Moshe Feinstein, Igrot Moshe, Ioreh De'ah 2: 174) o al explicar que Reish Lakish pagó dinero para salvar al Rab Aimi, pero no puso su vida efectivamente en riesgo. Así, explican que el Talmud Ierushalmi acepta que uno no debería poner en riesgo la vida propia (ver comentario del Rab Jaim Heller sobre Sefer ha-Mitzvot, Prohibición 297). Sin embargo, dado que la mayoría de los codificadores de la Halajá consideran que son dos opiniones distintas (ver, por ejemplo, Shuljan Aruj ha-Rav, Joshen Mishpat, Hiljot Nizkei Guf ve-Nefesh 7), este artículo las expone como tales. con esta conclusión. La Torá dice: “…guardaréis mis estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre, vivirá en ellos. Yo soy el S‑ñor”8 . El Talmud Babli explica que el versículo nos enseña que los mandamientos deben ser cumplidos siempre que la vida esté asegurada, pero no así cuando su cumplimiento conlleve la posibilidad de muerte para la persona9 .

Cuando hay una discrepancia entre el Talmud Ierushalmi y el Babli, la ley obedece al Talmud Babli; por lo tanto, la ley dicta que uno no está obligado a arriesgar su propia vida para salvar la de otro10 . Además, de acuerdo con varias autoridades, está prohibido ‒en la mayoría de los casos‒ hacerlo11 .

Debido al bajo nivel de mortandad actual12 , el factor de riesgo puede no aplicarse a las donaciones de riñón13 . Pero de acuerdo con las autoridades de la Halajá, uno no está obligado a renunciar a un órgano para salvar la vida de otro. Además, si al hacerlo uno pone en riesgo su vida, se considera que sacrificar un órgano es un acto de tontos14 . En el caso de una donación de órganos que no involucre riesgo alguno para la vida propia, el consenso actual de la Halajá es que, si bien no es obligatorio donar el órgano, ciertamente se considerará meritorio si uno elije hacerlo15 .

Honrar a los padres frente a donar un riñón

Dado que hemos determinado que no existe una obligación de donar un órgano, de acuerdo con la Halajá, a primera vista, pareciera que uno está obligado a honrar los deseos de la madre. Sin embargo, hay un factor adicional que hay que considerar.

Si bien uno está obligado a honrar a los padres y cumplir sus deseos, la mayoría de las autoridades consideran que uno no está obligado a hacerlo si lo que se está pidiendo no es algo que necesariamente Aunque en nuestro caso una de las razones es que alguien de la familia podría necesitar el riñón en un futuro, dado que no hay una necesidad actual del riñón, y no es más que una conjetura basada en un miedo infundado de lo que pueda pasar en el futuro, no se considera una necesidad que necesariamente vaya a beneficiar a los padres. vaya a perjudicarlos o beneficiarlos16 .

Entonces, desde el punto de vista de la Halajá, depende de uno la decisión: escuchar a los padres o donar tu riñón.