Una colorida combinación del profesionalismo adepto, encanto personal y desafiante jutzpa se mezclaban en el fotógrafo de “770,” Reb Levi Yitzjak Frieden.
Reb Levi Itche, como es llamado cariñosamente, ha visitado “770” desde su casa en Eretz Israel durante cada una de las Grandes Festividades desde 1975. Las lentes de su cámara captaron muchos acontecimientos emotivos, tales como la bendición del Rebe a los estudiantes de Yeshivá momentos antes de que comience Iom Kipur. Con un ojo en su reloj, ya que él no se atrevía a profanar el día más sagrado del año y otro ojo enfocando su cámara, Levi Itche tomó foto tras foto de este memorable momento.
El estaba tan involucrado en su trabajo que el Rebe una vez dijo a Frieden que dijera a los estudiantes de Yeshivá que estudiaban en el “770” que si su entusiasmo estuviera de acuerdo con la pasión de Frieden por la fotografía, las cosas lucirían mucho mejor.
Frieden estaba ansioso de compartir las escenas del “770” con otros judíos de Eretz Israel. En 1976 llevó a cabo una exposición llamada “770” en el centro periodístico de Tel Aviv, Beit Sokolov. La exhibición, que se mudó a Jerusalem y a la Universidad de Bar lian, proporcionó a la gran multitud de observadores una mezcla de experiencia espiritual y habilidad profesional.
“Como un todo, la exhibición fue altamente aplaudida. Sin embargo, un periodista comentó en el libro de visitantes: ‘Con todo el debido respeto a la soberbia fotografía, el tema que Ud. ha elegido es extremadamente clerical y nos lleva de vuelta a la oscuridad primitiva de la Edad Media’.”
“En mi siguiente visita a los Estados Unidos,” continuó Frieden, “regalé al Rebe el libro de visitantes. Al ojearlo rápidamente el Rebe notó la observación negativa. ‘Por favor, felicita al periodista por su fuerza de carácter. Se necesita coraje para discrepar con todas las otras observaciones’ dijo el Rebe, ‘pero dile que no todo en la Edad Media fue oscuro. Aún más, pídale que revise su propio periódico. Las noticias de hoy no son del todo brillantes tampoco’.”
“El Rebe me entregó un dólar pidiéndome que se lo entregue al periodista. ”
Antes de retornar a Israel cada año, Reb Levi Itche solía esperar delante de la puerta de la casa del Rebe para despedirse. El siempre agradecía al Rebe por permitirle tomar fotografías, pedía disculpas por cualquier molestia que podía haber causado y también pedía una bendición para su familia.
Un año, él esperó con emoción creciente. Acababa de conocer a un hombre joven quien con mucha pena le confió su angustia de haber estado casado por diez años sin tener hijos. “Ud. tiene su propio modo de acercarse al Rebe. Por favor menciónele mi dificultad,” le pidió. Reb Levi Itche se conmovió con su pedido y resolvió tocar el tema en su breve encuentro con el Rebe.
Cuando él describía las dificultades del hombre, el Rebe lo miró firmemente mientras el secretario, Rabí Binyamin Klein esperaba cerca para conducir al Rebe a “770."Cuando Frieden terminó, el Rebe respondió: “Diga a ese hombre que escriba una nota con su nombre, el nombre de su esposa y los nombres de sus respectivas madres. Yo la llevaré a la tumba del Rebe Previo"1
Luego, como hacía a menudo, el Rebe invitó a Reb Levi Itche a acompañarlo en coche a “770.” Usualmente Reb Levi Itche no aceptaba. Sin embargo, esta vez entró en el auto, esperando agregar alguna otra buena palabra por el joven hombre. No tuvo oportunidad. Durante el breve viaje, el Rebe preguntó a Frieden acerca de su familia e inquirió si él había comprado regalos para su esposa y los niños.
Cuando el auto llegó a “770,” Frieden se alejó del Rebe y se apresuró en ir a la casa del hombre. Le dio rápidamente la respuesta del Rebe, partió para el aeropuerto y abordó su avión para Israel.
Menos de un año más tarde, el 25 de Elul, Frieden volvió a Nueva York. Cuando llegó a Crown Heights, (barrio de Brooklyn donde está establecida la comunidad Lubavitch, su anfitrión, Rabí Gabriel Shapiro, estaba saliendo justamente de su casa. “Bienvenido Reb Levi Itche. ¿Recuerda Ud. cuando pidió una bendición para esa pareja sin hijos al comienzo del año?. Bien, estamos justo a tiempo para el brít (circuncisión). ”
Frieden lanzó un vistazo a su reloj. Eran casi las 10, cuando el Rebe estaría saliendo de su casa para el “770.” Sin un segundo pensamiento, él salió precipitadamente para la calle President. “Rebe," dijo Frieden, “la bendición que Ud. dio el otoño pasado se cumplió. Hoy es el brit."
El Rebe escuchó pacientemente, irradiando serenidad. “No haga una cuestión de cada cosa,” dijo él moviendo su mano en despedida. “No hay necesidad que te entusiasmes.”
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