Un Jasid del Rebe de Sadigora se incorporó a la fila para recibir un dólar del Rebe un domingo. Se le había dado una oferta atractiva para la compra de una panadería, pero no estaba seguro de que hacer. Tuvo dificultad en contactar a su propio Rebe y el propietario de la panadería lo estaba presionando por una respuesta. Cuando el Jasid le preguntó al Rebe acerca de la propuesta, el Rebe replicó: "¿Por qué preguntarme a mí? Pregúntele al Rabino de Cleveland.”

El Jasid de Sadigora quedó confundido ante esta extraña respuesta, y salió de “770” perplejo e inseguro del curso de la acción que debería tomar. Sucedió que encontró a una pareja mayor en el camino a su auto y se ofreció a llevarlos. En el curso de la conversación, el hombre se presentó como Rabino de Cleveland.

El Jasid inmediatamente pidió su consejo con respecto a la compra de la panadería. Si este giro inusual de eventos parecía increíble, el Jasid quedó más impresionado de saber que la pareja estaba emparentada con los dueños de la panadería.


“Ya que Ud. preguntó,” dijo la esposa del Rabino, “le diré: El dueño de la panadería es un individuo decente, pero su negocio fracasó porque sus obreros no son de confianza.”

El Jasid de Sadigora tenía su respuesta. El contrato de venta había incluía una cláusula que exigía al comprador continuar empleando al equipo presente. No hay necesidad de decir, él no compró la panadería.