¿Qué es “el fin de los días”?

El concepto de “el fin de los días” proviene de Bamidbar 24:14. Esto siempre fue interpretado como una referencia a la era mesiánica. Aquí exploraremos –brevemente– la creencia judía sobre la llegada del Mashíaj.

¿Qué significa la palabra Mashíaj?

Mashíaj es la palabra hebrea para “mesías”. La palabra mesías significa salvador o “libertador esperado”. En hebreo, mashíaj en realidad significa “ungido”. En el hebreo bíblico, el título de mashíaj se confería a alguien que hubiera alcanzado una posición de nobleza y excelencia. Por ejemplo, al sumo sacerdote se lo llama el cohen hamashíaj.

En la bibliografía talmúdica, el título de Mashíaj o Mélej Hamashíaj (el rey Mesías), se reserva para el líder judío que redimirá a Israel en el fin de los días.

¿Cuál es la creencia en el Mashíaj?

Uno de los principios de la fe judía listado por el Rambam es que un día surgirá un dinámico líder judío, descendiente directo de la dinastía de David, que reconstruirá el Templo en Ierushaláim, reunirá a todos los judíos del mundo y los hará retornar a la tierra de Israel.

Todas las naciones del mundo reconocerán al Mashíaj como un líder mundial, y aceptarán su soberanía. En la era mesiánica habrá paz en el mundo, no habrá más guerras ni hambrunas y, por lo general, reinará una gran prosperidad.

Toda la humanidad adorará a un solo Di-s y vivirá una vida más espiritual y moral. El pueblo judío se dedicará a estudiar la Torá y a desentrañar sus secretos.

La llegada del Mashíaj completará los designios de Di-s para la creación: que el hombre construya una morada para Di-s en el mundo terrenal; o sea, que revele la espiritualidad inherente del mundo material.

¿No es este un sueño utópico?

¡No! El judaísmo cree fervientemente que con el liderazgo correcto, la humanidad puede cambiar y va a cambiar. La calidad del liderazgo del Mashíaj es tal que, a través de su personalidad dinámica y su ejemplo, combinados con su manifiesta humildad, inspirará a todos a luchar por el bien. Transformará un sueño aparentemente utópico en realidad. Será reconocido como un hombre de Di-s, con cualidades de liderazgo aún mayores que las de Moshé.

En la sociedad de hoy, mucha gente está muy disgustada por la ruptura de las normas éticas y morales. La vida tiene poco valor, el crimen está descontrolado, aumenta el abuso del alcohol y las drogas, los niños ya no respetan a sus mayores. Al mismo tiempo, la tecnología ha avanzado con saltos cuantitativos. No hay duda de que hoy el hombre cuenta con todos los recursos –si se usan correctamente– para ofrecer un buen nivel de vida a toda la humanidad. Sólo le falta la voluntad política y social. El Mashíaj inspirará a todos los hombres a concretar esa meta.

¿Por qué la creencia en un mesías humano?

Algunos creen que el mundo “evolucionará” por sí solo en una era mesiánica sin representación humana. El judaísmo rechaza esta idea. La historia de la humanidad ha estado dominada por constructores de imperios ávidos de poder.

Otros creen en un Armagedón, que el mundo se autodestruirá, ya sea por una guerra nuclear o por el terrorismo. Nuevamente, el judaísmo rechaza esta perspectiva.

Nuestros profetas hablan del advenimiento de un líder humano de una magnitud que el mundo aún no ha conocido. Su ejemplo y liderazgo singulares inspirarán a la humanidad para cambiar de dirección.

¿Dónde se menciona al Mashíaj en las Escrituras?

Las Escrituras están repletas de referencias mesiánicas. En Devarim 30:1, Moshé profetiza que, después de que los judíos se hayan dispersado por todos los confines de la Tierra, llegará un momento en que se arrepentirán y volverán a Israel, donde cumplirán todos los mandamientos de la Torá. El profeta no judío Balaam anunció que este retorno será guiado por el Mashíaj (ver Bamidbar 24:17-20). Iaacob se refiere al Mashíaj con el nombre de Shiloh (Bereshit 49:10).

Los profetas Ieshaiau, Irmiahu, Iejezkel, Amós, Ioel y Oshea hablan de la era mesiánica. (Para una lectura más completa, remitimos al lector al libro Mashíaj escrito por el rabino y Dr. J. I. Schochet.) Es interesante señalar que en una pared del edificio de las Naciones Unidas de Nueva York está inscripta la cita de Ieshaiau (11:6), “Y el lobo yacerá junto al cordero”. Es más, está claro en los escritos de los profetas, cuando se los estudia en el hebreo original, que el del Mashíaj es un concepto judío, y que su llegada implicará un regreso a la ley de la Torá, descartando firmemente cualquier “otra” creencia mesiánica.

¿Qué clase de líder será el Mashíaj?

El Mashíaj será un hombre con extraordinarias cualidades. Será un experto en las tradiciones orales y escritas de la Torá. Abogará incesantemente por que los judíos observen la Torá y por que los no judíos observen las siete leyes universales de Noaj. Será un observante escrupuloso y alentará los más altos principios en los demás. Defenderá los principios religiosos y reparará cualquier infracción. Por encima de todo, el Mashíaj será anunciado como un verdadero rey judío, una persona que indica el camino al servicio de Di-s, absolutamente humilde pero enormemente inspirador.

¿Cuándo vendrá el Mashíaj?

Los judíos anticipan la llegada del Mashíaj todos los días. Nuestros rezos están llenos de pedidos a Di-s para que dé inicio a la era mesiánica. Incluso a la entrada de las cámaras de gas, muchos judíos cantaban “Aní Maamín”: ¡Creo en la llegada del Mashíaj!

Sin embargo, el Talmud dice que hay un tiempo predestinado para el arribo del Mashíaj. Si lo merecemos, puede llegar aún antes de ese tiempo predestinado. Este “fin de los tiempos” sigue siendo un misterio, aunque el Talmud indica que será antes del año 6000 del calendario hebreo.

Esto no descarta la posibilidad de que el Mashíaj llegue hoy mismo, si así lo merecemos. Debemos notar que muchas autoridades en Torá opinan que estamos en la “época del Mashíaj”, y el Rebe de Lubavitch, Rabí Menajem Mendel Schneerson, de bendita memoria, declaró en numerosas ocasiones que la redención mesiánica es inminente.

¿El Mashíaj puede llegar en cualquier momento, en cualquier generación?

Sí. En toda generación existe una persona que potencialmente podría ser el Mashíaj. Cuando Di-s decida que el momento ha llegado, otorgará a este individuo los poderes necesarios para que precipite esa redención.

Todo potencial Mashíaj debe ser descendiente directo del rey David, como así también ser un erudito en Torá. Debemos notar que hoy hay mucha gente que puede remontar su linaje al rey David. A fines del siglo XVI, el rabino principal de Praga, el Rabí Iehuda Loew (el Maharal), tenía un árbol genealógico que llegaba a la dinastía del rey David. Por lo tanto, todo descendiente directo del Maharal es descendiente del rey David.

El Rambam, un gran filósofo y codificador judío del siglo XII, establece que si se identifica a un ser humano que posee las cualidades superiores atribuidas al Mashíaj, podemos asumir que es el potencial Mashíaj. Si este individuo tiene verdadero éxito en reconstruir el Templo y reunir a los exiliados, entonces será el Mashíaj.

¿Qué pasará exactamente cuando llegue el Mashíaj?

El Rambam escribe en su Mishné Torá –el compendio completo de la tradición halájica– que primero el Mashíaj reconstruirá el Templo y luego reunirá a los exiliados. Ierushaláim y el Templo serán el foco del culto divino, y “desde Tzion avanzará la Torá y desde Ierushaláim, la palabra de Di-s”.

El Sanedrín –la suprema corte judía con 71 sabios– será restablecido y decidirá en todo lo que concierne a la ley. En ese momento, todos los judíos volverán de lleno a observar y practicar la Torá. Observemos que en la era actual, de gran asimilación y emancipación, se ha producido un retorno sin precedentes de los judíos a los verdaderos valores de la Torá. Este fenómeno de “baal teshuvá” va en aumento y prepara el camino para el retorno completo en la era mesiánica.

¿Ocurrirán milagros?

El Talmud discute esta pregunta y nuevamente concluye que, si lo merecemos, la redención mesiánica estará acompañada de milagros. Sin embargo, la realización del sueño mesiánico, aún si ocurre naturalmente, será el milagro más extraordinario.

De acuerdo con algunas tradiciones, Di-s mismo reconstruirá el tercer Templo. De acuerdo con otras, será reconstruido por el Mashíaj; y aun otros sugieren una combinación de ambas opiniones. Algunos sugieren que habrá dos períodos diferentes en la era mesiánica: primero un período sin milagros, que conducirá a un segundo período, esta vez milagroso.

El Rambam escribe: “Ni el orden en que ocurran estos acontecimientos ni su detalle preciso están entre los principios fundamentales de la fe […] se debe esperar y creer en la concepción general de la cuestión”.

¿Qué será del mundo tal como lo conocemos?

Al principio, no habrá cambios en cómo funciona el mundo, salvo su disposición a aceptar el gobierno mesiánico. Todas las naciones del mundo se esforzarán por crear un nuevo orden mundial en el que no habrá más guerras ni conflictos. Los celos, el odio, la codicia y las luchas políticas (de índole negativa) desaparecerán, y todos los seres humanos buscarán sólo el bien, la bondad y la paz.

En la era mesiánica habrá grandes avances en tecnología, que permitirán un alto nivel de vida. La comida será abundante y barata.

Sin embargo, el foco de las aspiraciones humanas será la búsqueda del “conocimiento de Di-s”. La gente será menos materialista y más espiritual.

¿Cuáles son los “dolores de parto” por la llegada del Mashíaj?

El Talmud describe el período inmediatamente anterior a la llegada del Mashíaj como uno de gran esfuerzo y confusión. Habrá una recesión mundial, y los gobiernos serán controlados por déspotas. En este contexto turbulento llegará el Mashíaj.

Existe una tradición que dice que se producirá una gran guerra, llamada la guerra de Gog y Magog, y se especula mucho en cuanto al momento exacto en que esta guerra ocurra con respecto a la llegada del Mashíaj.

Existe una tradición que dice que el profeta Eliahu vendrá al mundo y anunciará la inminente llegada del Mashíaj. Sin embargo, de acuerdo a otras opiniones, el Mashíaj puede llegar sin aviso. En ese caso, Eliahu llegará para ayudar en el proceso de paz. Algunos sugieren que si el Mashíaj llega en el momento predestinado, entonces Eliahu anunciará su llegada; pero si el Mashíaj llega súbitamente, entonces Eliahu aparecerá después de la llegada del Mashíaj.

Como se mencionó anteriormente, no está claro cómo se desarrollarán estos acontecimientos. Sin embargo, esta incertidumbre no afecta la cuestión general sobre la llegada del Mashíaj.

¿Cómo ocurrirá la resurrección de los muertos?

Uno de los principios de la fe judía es la creencia en la resurrección de los muertos. De acuerdo con el Zóhar –un texto cabalístico temprano–la resurrección ocurrirá cuarenta años después de la llegada del Mashíaj. Sin embargo, algunos individuos rectos resucitarán con la llegada del Mashíaj. Todos los muertos resucitarán en la tierra de Israel.

Existe un pequeño hueso en el cuerpo humano llamado el hueso luz (algunos identifican este hueso con el coxis) a partir del cual se reconstruirá el cuerpo en el momento de la resurrección. Nuestros rezos diarios están repletos de pedidos por la resurrección, y hay muchas costumbres relacionadas con ella. (Ver el libro To Live and Live Again del autor de este artículo, publicado por S.I.E. Publications.)

¿Qué se puede hacer para traer al Mashíaj?

En general la humanidad debe esforzarse más por hacer actos de bondad y caridad. El judío tiene el mandato de aprender y ser consciente de la redención mesiánica, y de fortalecer su fe en la llegada definitiva e inminente del Mashíaj.

La caridad es un catalizador para la redención. Y en nuestros rezos diarios, rogamos muchas veces y con sinceridad por la reconstrucción de Ierushaláim, la reunión de los exiliados y el retorno al cumplimiento de la Torá bajo el liderazgo del Mashíaj. El Rebe de Lubavitch creó una campaña mundial para hacer crecer la conciencia sobre la inminente llegada de Mashíaj. El Rebe instó constantemente a cada judío a preparase a nivel personal, familiar y comunitario para la llegada del Mashíaj. La mejor manera de lograrlo es “viviendo con el Mashíaj” – es decir, aprendiendo sobre el Mashíaj y anhelando su llegada.

Resumen

En conclusión, el judío siempre fue y continúa siendo un eterno optimista. Aún en su horas más oscuras, conserva la esperanza y reza por un futuro más luminoso: un mundo de paz y espiritualidad.