El término “arcángel”, que denota un ángel de alto rango que comanda a otros ángeles, no tiene un equivalente en hebreo que figure en las Escrituras Judías.
En el libro de Daniel, sin embargo, se menciona a dos ángeles llamados Gabriel y Mijael.
A éste último se lo refiere como “Sar”, lo que significa “príncipe” o “ministro”. El término “ministro”, parece ser una descripción para diferenciarlos de los demás ángeles que figuran en la Torá, comenzando desde Génesis.
Hay muchas clases de ángeles, cada uno con una misión y función específica. Algunos fueron creados para determinada misión, y al completarla cesan de existir. Otros, luego de completar su misión, se les otorgan otra. Este es el caso de los ángeles a los que nos referimos como ministros o arcángeles. Cabe notar que a diferencia de las personas, los ángeles no pueden realizar múltiples tareas.
Es por eso que Di-s tuvo que enviar a tres ángeles por separado para visitar a Abraham. A cada uno se le encomendó una misión diferente: uno para darle a Abraham la noticia del inminente nacimiento de Itzjak, uno para destruir Sodoma y otro para curar a Abraham.
Aunque las personas pueden tener múltiples modos de servir a Di-s, como ser a través del amor, admiración, etc., cuando se trata de ángeles, cada uno tiene su propia forma específica de servicio Divino que no cambia.
Mijael y Gabriel: fuego y agua
En el Midrash, a Mijael se lo llama el “príncipe de la bondad (Jesed) y el agua”, y a Gabriel “el príncipe de la severidad (Gevurá) y el fuego”.
Es por esto que el Ángel Mijael es enviado para misiones que son expresiones de la bondad de Di-s, y Gabriel para aquellas que son expresiones de la severidad y el juicio de Di-s.
Sin embargo, como explicamos anteriormente, los ángeles no realizan múltiples tareas. Por lo tanto, aunque Mijael sea el ángel principal, o el “príncipe” del Jesed, él tiene muchos subordinados, ángeles que trabajan bajo él y representan un servicio de Jesed. Lo mismo ocurre con Gabriel y su servicio Divino a través de la severidad.
Es por esto que a Mijael y Gabriel se les conoce como “arcángeles”, ya que están a la cabeza de estos diferentes grupos de ángeles.
Paz en el cielo y la tierra
Como los ángeles son por definición absolutistas, es natural que sus diferentes modos de servicio colisionen. Los Sabios explican que aludimos a esto todos los días cuando decimos, al final de las plegarias de Amidá y Kadish, “El que hace la paz en Sus cielos, que haga la paz para nosotros y para todo Israel, y digan: Amén”. Estamos diciendo que así como Di-s mantiene la paz entre los ángeles Mijael y Gabriel, a pesar de que representan modos opuestos de Servicio Divino (fuego contra agua), también puede “hacer paz para nosotros y para todo Israel”
Y a eso decimos: “¡Amén!”
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