Nuestros sabios dicen que no es igual una persona que se arrepiente por temor a una que se arrepiente por amor. La primera convierte sus pecados deliberados en pecados inadvertidos mientras que la última los transforma en méritos. Esta distinción en el efecto del arrepentimiento se deriva de una distinción en su naturaleza.

Una persona que se arrepiente por temor de hecho está nulificada a D-os y subordinada a Él; sin embargo, esta subordinación es semejante a verse obligado por temor al Señor. Por lo tanto, su servicio Divino puede ser descrito como “negativo”-trata de anular todo obstáculo para el servicio Divino. El resultado del arrepentimiento es entonces también “negativo”: la naturaleza deliberada de transgresiones voluntarias es “negada” (se les transforma en pecados inadvertidos).

Sin embargo, aquel que se arrepiente por amor se santifica a sí mismo para servir a D-os con amor y deseo, impulsado por su ansia de unirse a Él. Con ello logra una nueva existencia, una de unión Divina. El resultado del arrepentimiento es similar-los pecados deliberados son convertidos en una nueva existencia: méritos.

 

(Likutei Sijot, vol. 14, p. 130)