Rabí Iehudá ben Betzalel Loeb nació alrededor del año 1525, probablemente en Poznán. A los treinta años fue llamado para ocupar el cargo de Rabino en Nikolsburgo, Moravia, posición que mantuvo cerca de veinte años. Sin embargo su mayor fama la adquirió luego, como jefe espiritual de la comunidad judía de Praga. Allí estableció la Gran Academia Talmúdica llamada Klaus.
El Maharal, abreviatura de Moreinu HaRav Loeb con la que se lo conoce, adquirió también gran renombre entre los no-judíos adquirió fama por sus insignes conocimientos seculares de matemáticas, astrología y otras ciencias. Fue un gran amigo de los astrónomos. Tycho Brahe (1546-1601) y Johannes Keppler (1571-1630). Era un profundo conocedor de la Cabalá, pues en ellas se ponen de manifiesto los secretos de la Creación Divina
y los ocultos senderos de Di-s.
Al Maharal se le atribuían, y con razón, poderes especiales, y lo llamaban "el hacedor de milagros". La historia más famosa es la del Golem, atestiguada por el monumento erigido en Praga que demuestra que se trató de algo más que de una simple leyenda popular.
El Golem era un muñeco de arcilla de las proporciones de un hombre, a quien el Maharal dio vida haciendo uso del Sagrado Nombre de Di-s. A través del Golem, el Maharal evitó el derramamiento de sangre judía inocente a causa de calumnias infundadas sobre los ritos judíos. Años más tarde, una estatua titulada Der Hohe Rabí Loeb -el gran Rabí Loeb- (obra de un famoso escultor checoslovaco) fue erigida frente a la nueva Alcaldía de Praga, como homenaje y tributo a tan ilustre personalidad.
No pensamos en el Maharal como el creador del Golem, sino como el gigante que arrojó luz para los estudiantes de la Torá y fue fuente de inspiración y fe a través de sus escrituras éticas. Rabí Shneur Zalman de Liadí -fundador del Movimiento Jabad- era un descendiente directo, por vía paterna, del Maharal.
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