¿Cómo pudieron los judíos, quienes unas semanas antes experimentaron personalmente la Revelación en Sinaí y los Diez Mandamientos, justificar su demanda de un idolátrico becerro de oro?

A primera vista, parece como si fuera una genuina expresión de necesidad de un liderazgo. ¿Cuál fue su argumento? "Haz para nosotros dioses que nos guíen, pues de ese hombre Moisés, quien nos sacó de Egipto, no sabemos que fue de él" (Éxodo 32:1).

Moisés aún estaba en la montaña. Parecía que se demoraba en retornar, y ellos temían que definitivamente no volviera. La demanda del pueblo de un líder visible y tangible que reemplazara a Moisés parecía razonable. Posiblemente parecía ser un sincero llamado por una guía religiosa y por medios para identificarse mejor con el Único Di-s.

¿Pero donde terminó? No sólo en flagrante idolatría, sino también en adulterio y hasta asesinato. El versículo (Ibíd. 6) dice "Y se levantaron para rebelarse". Los comentaristas interpretan la palabra litzjazek —"rebelarse" —como diversiones depravadas, incluyendo salvajes orgías de desenfrenada inmoralidad y el asesinato de Hur, hijo de Miriam, quien trató de detenerlos.

Aquí encontramos un profundo mensaje tan relevante hoy como en los días de antaño. A veces ocurre que la gente hace demandas bajo una cubierta de piedad o fervor religioso. Pero bajo la superficie yace un egoísta deseo y motivaciones siniestras. A menudo la gente pide por Di-s, ¡cuando lo que realmente quiere es pecar!

¿Dónde estaba Di-s durante el Holocausto? Esta perturbadora pregunta puede ser formulada de diversas maneras. Puede ser por un genuino deseo de comprender el más desafiante tema filosófico del día. Por el otro lado también puede ser formulada descaradamente como una excusa conveniente para las propias insuficiencias religiosas.

Una buena prueba para saber de donde viene la pregunta. Si le doy una respuesta irrefutable para la pregunta acerca de Di-s y el Holocausto (asumiendo que tengo una), ¿comenzará a vivir una vida piadosa? ¿Comenzará a ponerse tefilín hoy? ¿Estará en la sinagoga mañana? Si no es así, entonces el hecho es que no puede hacerlo no puede ser atribuido a que tiene una queja contra Di-s. O usted no ha sido criado con esa importante tradición o usted no está seguro de cómo hacerlo, o quizás usted no puede ser molestado y usa el Holocausto como una conveniente racionalización.

¿Sabe cuan caro es cuidar el kosher? Nuevamente este puede ser un apasionado lamento de celo religioso, o quizás una verdadera preocupación por hacer los alimentos kosher más accesibles a las masas. Desgraciadamente, puede ser también una excusa barata para alguien que no tiene la intención de cuidar kosher a ningún precio.

Una vez escuche la historia de tres judíos apostatas en la Rusia de antaño. Se encontraron para beber en la taberna local y se pusieron a discutir los motivos por los cuales cada uno dejo su fe. Uno dijo que el ser cristiano le abrió nuevas puertas para sus negocios. El siguiente dijo que estaba enamorado de la hija del terrateniente y tuvo que convertirse para desposarla. El tercero dijo que tuvo dificultades filosóficas de la Torá y el Talmud y se vio inspirado por las doctrinas teológicas del cristianismo. Inmediatamente los otros le dijeron en términos inconfundibles que estaba mintiendo. "Esa historia se la puedes contar a los goim" se burlaron los otros dos. "Entre nosotros, judíos, puedes decir la verdad…".

Seamos honestos. ¿Por qué culpar de sus propias insuficiencias a un Di-s misteriosamente inexplicable o a una falla en el judaísmo? ¿Por qué decir que estamos a Di-s cuando realmente estamos buscando el camino de menor resistencia? No abusemos de lo que es santo para propósitos de auto justificación.

Aun cuando no estamos preparados para vivir una vida santa, al menos seamos honestos.