La existencia es el mayor de los milagros. A cada momento, todo ser y cosa viene nuevamente a la existencia desde la nada absoluta. En realidad, la esencia de cada cosa es la Nada de la cual proviene.

¿Qué tiene de imposible, entonces, que aquello que en verdad es nada se comporte como nada? ¿Por qué es más fácil aceptar la existencia del mundo que la ocurrencia de milagros?