Un día de invierno, un hombre descubrió una gruesa capa de escarcha en su ventana. Con mucho cuidado comenzó a rasparla.
“¿Qué haces?” Preguntó un curioso vecino.
“Estoy quitando la escarcha de mi ventana para poder ver afuera”, respondió el hombre.
El vecino, viendo lo tedioso del trabajo, le aconsejó: “¡Enciende una fogata en tu casa y verás cómo la escarcha desaparece por sí sola!”
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