Moisés golpeando a la roca es uno de los más asombrosos episodios narrados en la Torá.

La fuente que abastecía de agua a los israelitas se secó. Di-s instruyó a Moisés para que subiera al Monte Horeb y extrajera agua de una roca. Moisés tuvo éxito, pero mientras ejecutaba la orden de Di-s, cometió un grave error. Como resultado fue decretado que Moisés debía morir en el desierto, y que Josué sería quien guiaría a los israelitas a la Tierra Prometida.

La Torá es muy ambigua en cuanto a la naturaleza del error de Moisés. Hay tantas interpretaciones como comentaristas bíblicos. La explicación convencional, citada del Midrash por Rashi, es que a Moisés se le ordenó que hablara a la roca para extraer agua, y en su lugar Moisés la golpeó. Alrededor de treinta y nueve años antes, la primera vez que los israelitas necesitaron agua, Di-s realmente instruyó a Moisés que golpeara a la roca. Pero esta vez las instrucciones fueron diferentes, y Moisés fracasó en su cumplimiento.

Algunas preguntas obvias:

1) Si golpear la roca era tan terrible, ¿por qué estuvo bien tantos años antes?

2) ¿Por qué Moisés —el más leal siervo de Di-s —no siguió las simples instrucciones de Di-s?

3) ¿Por qué esta ofensa aparentemente menor tuvo consecuencias tan graves?

Un análisis del liderazgo de Moisés probablemente arroje luz sobre este desconcertante episodio.

Moisés es sinónimo de milagros. El nombre Moisés significa "De las aguas fue extraído"; y este es un nombre apropiado para un individuo cuya alma emanó de las aguas ocultas de los mundos supernos, y nunca se aclimató a su nuevo hábitat. Moisés no sabía como tratar con este mundo en sus términos. En cambio, cuando necesitaba cumplir una tarea recurría a los poderes supernaturales para hacerlo. No convenció al Faraón de que liberara a los israelitas, ni siquiera se embarcó en una guerra convencional; en su lugar usó los milagrosos poderes a su disposición para aplastar completamente su oposición.

Él no hablaba a las rocas para sacarles agua, las golpeaba para someterlas.

Mientras que este es un modus operandi excitante, no era así como debía ser conquistada la tierra de Canaán. Esto funcionó para la generación que dejó Egipto, una generación que subsistió con milagros durante cuarenta años. Pero Di-s tenía un plan diferente en mente para esta generación que ya estaba lista para entrar a la Tierra Santa. No se pretendía que ellos borraran milagrosamente su oposición, se les había dado el mandato de cambiar el mundo actuando en sus propios términos. Se suponía que entraran al mundo, araran y sembraran sus campos, y cajole el mundo a niveles más altos de espiritualidad y Divinidad.

Esta es la tarea que Moisés no pudo cumplir —el era simplemente demasiado grande, un gigante espiritual. Esa fue la tarea para Josué.

El que Moisés golpeara la roca no fue el motivo por el cual no pudo liderar a los judíos en Canaán; fue el síntoma del motivo.

La lección de este episodio en nuestras relaciones con los otros, en nuestro emprendimiento por extraer agua —santidad y valor —de nuestros compañeros, es bastante clara. Pero esta lección también debe guiarnos en nuestra propia jornada espiritual. Comenzamos a servir a Di-s "golpeando la roca". Podemos no comprender, podemos no estar convencidos, pero seguimos las órdenes de Di-s porque debemos hacerlo. Dominamos nuestros impulsos y urgencias naturales para hacer las mitzvot.

Pero luego debemos madurar espiritualmente. Debemos "hablar a la roca". Debemos estudiar lo suficiente y lograr la comprensión para realmente convencer, tanto a nuestras emociones como a nuestras mentes, para convertirnos en personas espirituales.

Entonces estamos listos para entrar a la Tierra Prometida.