Estimados lectores:

Esta semana leemos en la Torá sobre la mitzvá de shabat. El shabat y la construcción del santuario móvil, mishkan, están íntimamente relacionados, ya que gran parte de las prohibiciones de shabat las aprendemos de los trabajos que se realizaban en el mishkan, más conocidos como melajot.

Es interesante el versículo que usa la Torá para enseñarnos sobre el shabat:

Durante seis días se hará el trabajo, y el séptimo día será sagrado Shabat.

Vemos que la obligación de cumplir shabat, también, incluye la obligación de trabajar durante los seis días. El trabajo que tenemos que hacer durante la semana y cómo lo encaramos es una parte esencial del cumplimiento de la mitzvá de shabat. Es muy interesante la expresión Tease, "se hará", lo que implica que el trabajo se hará independientemente de nuestro esfuerzo, casi en forma automática.

El mensaje es claro y contundente: estamos obligados como seres humanos y como judíos a tener un trabajo honesto. Sin embargo, no debemos convertir el trabajo en una obsesión y una finalidad en sí misma, debemos encararlo sabiendo que la finalidad es llegar al shabat, la finalidad es elevarnos espiritualmente. Si ese es nuestro enfoque, el trabajo se hará por sí solo sin que tengamos que esforzarnos, y solo será un recipiente de bendición y abundancia.

Una historia jasídica refleja este concepto.

Un zapatero muy humilde ocupaba sus mañanas rezando y estudiando, solo abría su zapatería una vez que terminaba con sus obligaciones espirituales y si bien no era rico, satisfacía sus necesidades.

En ese tiempo, se pusieron de moda las botas de caña alta, ideales para el invierno, y el hombre empezó a recibir muchos pedidos. Poco a poco, comenzó a restringir su tiempo para el estudio y la plegaria hasta que finalmente lo abandonó por completo. Se convirtió en una persona totalmente obsesionada por su negocio, sin tiempo, ni siquiera para dedicarle a su familia.

Al enterarse de esto, su Rebe le llamó la atención y le dijo:

"Vi a mucha gente poner sus pies adentro de las botas, pero nunca vi a un hombre poner su cabeza adentro de las botas".

Trabajemos para vivir, no vivamos para trabajar.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy