Estimados Lectores:

Esta semana leemos en la Torá la primera persecución sistemática de los hijos de Israel en la historia, el Faraón aconsejado por sus astrólogos teme que uno de los niños nacidos de los esclavos israelitas generaría una revolución que lo derrocaría, entonces decide matar a todo niño varón, en un principio delega esta misión a las parteras de los hijos de Israel, pero ellas se niegan a acatar esta orden y entonces el Faraón decide que todo niño varón debía ser arrojado al rio Nilo. Miles de bebes inocentes fueron expuestos a una cruel muerte, por un temor injustificado y basado en una premonición de dudosa veracidad.

A lo largo de la historia de nuestro pueblo nos vimos sometidos a estas persecuciones, y el patrón parece siempre ser similar al del Faraón. El judío tiene la culpa, debemos destruirlo, el chivo expiatorio perfecto, no importa cuán irracional o injustificado sea.

Lamentablemente en nuestra generación seguimos siendo el chivo expiatorio del mundo, vemos claramente lo que ocurre en Israel, como cuando asesinan a sangre fría a alguno de nuestros hermanos, la reacción de los medios de prensa mundiales es ignorarlo o peor, tergiversar los hecho para que el culpable sea la víctima.

Pero la respuesta está en la misma historia de Egipto, cuando el Faraón decidió matar en el rio a todo niño judío, muchos hombres decidieron dejar de procrear, no tiene sentido decían si igual morirán para que traeremos hijos al mundo, pero las valientes mujeres hebreas entendieron que uno no puede bajar los brazos incluso cuando tenemos a todo el mundo en contra, y resistieron, se embarazaban y salían a parir a los bosques y ocultaban a sus hijos en canastas en el rio y de ahí salió la redención de la esclavitud, gracias a estas mujeres valientes.

Todavía conmocionados con el cruel asesinato del rab Birmajer en las puertas de la ciudad de Jerusalem, elevamos nuestras plegarias al cielo, para que finalmente dejemos de lamentar persecuciones y muertes trágicas en nuestro pueblo. Compartimos unas palabras recitadas por su hermano durante las plegarias que se hicieron en su memoria.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy