Estimados lectores:
En una época de cambios constantes es muy difícil mantenernos concentrados en nuestros objetivos como judíos, como padres, como ciudadanos y como seres humanos. Para no perder el foco son necesarios líderes fuertes y apasionados que nos marquen el camino.
Antes de convertirse en el primer líder de nuestro pueblo, Moshe había sido pastor de ovejas. Del mismo modo que debía ocuparse de que todas sus ovejas estuvieran bien alimentadas luego se ocuparía de nutrir la fe del pueblo de Israel, incluso en sus momentos más duros. Por eso el Zohar lo llama “Raia Mehemna” que se puede traducir de dos formas: el pastor confiable o el pastor de la fe.
Moshe no era un gran orador, no se había criado dentro de la comunidad, no tenía contactos políticos (de hecho era un fugitivo del Faraón) era humilde e introvertido. La historia nos cuenta que un día salio a buscar a una oveja perdida, se preocupó por un animal asustado y vulnerable. Eso fue lo que convenció a Di-s de revelarse a él en la zarza ardiente y elegirlo salvador del pueblo de Israel.
Cuando busques un líder debés fijarte en eso. Si su objetivo es ayudar a los más vulnerables, es un verdadero líder. Si tiene la sensibilidad suficiente para ver qué necesita el más alejado y olvidado, ese es un pastor verdadero.
¡Shabat shalom!
Rabino Eli Levy