Estimados lectores:
La recompensa y el castigo por seguir en el camino de los preceptos son una parte importante de la Torá. Justamente en esta parashá se habla del tema.
Algunos creen que son beneficios posteriores a nuestras acciones, como el cheque que uno recibe al terminar un trabajo. En realidad, la recompensa de “Si andarán con mis decretos” se ve más bien en el mismo camino, no está desconectado de nuestras acciones, andar por el camino de Hashem es en sí mismo la recompensa y no solo eso, sino que todas las cosas buenas que nos promete la Torá, las “buenas lluvias en su tiempo” (gueshem es lluvia, pero también es la raíz de gashmiut, materialismo, nuestras necesidades materiales) no son la paga, los recursos que Hashem nos pone son para que los convirtamos en divinidad y espiritualidad.
Hashem invierte en nosotros y nos dice, Si siguen los que les pedí, yo me encargo que no falte nada, que no se tengan que preocupar por lo material, así pueden dedicarse mejorar y perfeccionar, si, por el contrario, ignoran mis leyes Hashem deja de invertir “en nuestro proyecto” y viene todo lo negativo.
Otro detalle interesante que me mencionó un amigo esta semana es que todas las promesas materiales son colectivas, si toda la comunidad va en el camino correcto llueve para todos, mientras que la recompensa personal si es más abstracta y espiritual (y en el mas allá), la supervivencia material no recae en la acción individual, sino que depende de todo el pueblo, no nos salvamos solos, debemos ver que todos vayamos en el camino de Hashem para poder vivir en armonía y abundancia en esta tierra.
¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy