Las bendiciones que Isaac le otorgó a Jacob eran para prosperidad material. El hecho que Jacob obtuvo esas bendiciones a través de la astucia nos enseña cómo debemos ocuparnos de nuestras propias actividades materiales. Cuando comemos o hacemos negocios, por ejemplo, podemos parecer como que estamos sirviendo a nuestras propias necesidades físicas, en forma similar a Esaú el materialista. Pero detrás de esta fachada, debemos en realidad pensar como Jacob: nuestros verdaderos propósitos deben ser espirituales: Debemos comer para tener la fortaleza para hacer buenas acciones, estudiar la Torá, y cumplir con los mandamientos. Debemos ganarnos nuestro sustento para tener los medios financieros con los cuales hacer todas esas cosas, y así sucesivamente. Este es el tipo de “duplicidad” que debemos emplear en nuestras interacciones con el mundo material.1
Inmediatamente Rebeca disfrazó a Jacob como Esaú e hizo que se haga pasar por él ante Isaac, para que este le diera las bendiciones. Cuando Esaú regresó más tarde para recibir las bendiciones, Isaac se dio cuenta de lo que había sucedido y reconoció que Jacob era de hecho la elección más apropiada
El Uso del Engaño
וַיֹּאמֶר בָּא אָחִיךָ בְּמִרְמָה וַיִּקַּח בִּרְכָתֶךָ: (בראשית כז:לה)
[Isaac le dijo a Esaú] “Tu hermano vino con astucia y tomó tu bendición.” Genesis 27:35
Notas al Pie
1.
Likutei Sijot, vol. 3, pág. 796.
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