José entonces les dijo a sus hermanos que regresen a la Tierra de Israel y traigan a su padre Jacob a Egipto. El arregló para que la familia se establezca en la lujosa provincia de Goshen, que también estaba apartada de la influencia espiritual negativa de los egipcios idólatras.
Destino Manifiesto
שָׂמַנִי אֱלֹקִים לְאָדוֹן לְכָל מִצְרָיִם רְדָה אֵלַי אַל תַּעֲמֹד: (בראשית מה:ט)
[José les dijo a sus hermanos que le digan a su padre] “Di-s me ha puesto como amo de todo Egipto. Desciende a mí, no te detengas.” Genesis 45:9

El propósito primario del exilio egipcio fue que el pueblo judío elevara las chispas de santidad que estaban atrapadas en Egipto. Dado que Egipto era la superpotencia económica de esa época, la riqueza de todo el mundo civilizado estaba atada a la de Egipto. Por lo tanto, cuando el pueblo judío se llevó la riqueza de Egipto con ellos cuando salieron después, no estaban únicamente elevando la riqueza de Egipto sino la de todas las naciones del mundo. Es por esto que José le dijo a su padre que era el amo de Egipto: Le estaba diciendo “Ahora que me he vuelto gobernador sobre Egipto y he juntado la riqueza del mundo, el exilio egipcio puede comenzar, dado que el cumplimiento de su propósito es ahora posible.”

Similarmente el propósito de nuestro exilio actual es elevar el mundo físico revelando la Divinidad inherente en él.1