A continuación, la Torá relata un incidente que ocurrió un mes después de que el Tabernáculo fuera erigido. Estando en Egipto el pueblo judío preservó cuidadosamente la pureza de su vida familiar. La única mujer que fue violada - por un capataz egipcio - era llamada Shelomit. Su hijo, engendrado por este egipcio, intentó acampar con la tribu de su madre, la tribu de Dan. Fue rechazado debido a que la pertenencia a una tribu depende del linaje tribal del padre, no de la madre. El caso fue llevado a la corte, quien falló en contra del hijo de Shelomit, por lo que este maldijo a D-os. Esta sección de la Torá finaliza con D-os informándole a Moisés las leyes relativas a la blasfemia y su castigo.
Encontrando lo Positivo en lo Negativo
וְשֵׁם אִמּוֹ שְׁלֹמִית בַּת וגו': (ויקרא כד:יא)
El apodo de su madre era Shelomit bat Dibri. Levítico 24:11

A pesar de que la Torá sólo menciona el apodo de esta mujer, aun así la identifica, aparentemente avergonzándola en público. Está de más decir que esto parece inconsistente con la regla de la Torá en contra de avergonzar a alguien en público.

En realidad, la Torá la está alabando al mencionar su nombre en conexión con este incidente. Ella fue seleccionada por la providencia Divina para ser la persona a través de la cual se demostró el carácter ejemplar del resto de las mujeres judías.

De hecho, esta es una de las formas en la que las malas acciones pueden ser transformadas en méritos, sirviendo como ímpetu para un comportamiento apropiado. El ejemplo negativo dado por Shelomit inspiró a generaciones futuras de mujeres judías para ponerse a la altura del ejemplo dado por nuestros ancestros en Egipto.1