El objetivo de dicha asamblea era fortalecer los fundamentos de la educación y observancia judías. Nosotros podemos cumplir hoy ese mandamiento “reuniendo” primero las diversas facetas de nuestras personalidades para imbuirlas del conocimiento y reverencia a D-os. Luego, debemos reunir a nuestras familias periódicamente y fortalecernos unos a otros en un espíritu de amor familiar y camaradería. Finalmente, debemos reunir cualquier otro grupo de personas que conozcamos, tanto sea en el trabajo, escuela o sinagoga, familias extendidas, círculos más amplio de amigos y demás para influir en la mayor cantidad posible de personas de modo tal de que aumenten su compromiso para con los valores y el estilo de vida de la Torá, basados en el amor y el temor de D-os.
Cumplir con este mandamiento en la mayor medida posible producirá la respuesta recíproca de D-os, y nos permitirá cumplirlo de la forma más óptima, en el Templo Sagrado reconstruido, escuchando la Torá leída por el máximo rey judío, el Mesías.1
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