"No darás vueltas como un chismoso" - Levítico
"Las malas lenguas matan a tres: al que las dice, al que las escucha y al que es objeto de la calumnia"- Talmud
Por casualidad, sabes algo que hizo el Sr. A. Nada incriminatorio y ni siquiera censurable. A menos que tengas una razón imperiosa, tienes prohibido compartir esta información con otros. Repetir chismes inocuos es lo que se llama rejilut y, a menudo, esto tiene consecuencias negativas imprevisibles.
Hablar de actos indiscretos o defectos de otra persona es aún peor. Esto es lo que se llama lashón hará (las malas lenguas). Los chismeríos difamatorios infundados (motzí shem ra) son todavía peores.
Las palabras tienen el potencial de causar un daño catastrófico, que muchas veces hace pedazos familias enteras y amistades de toda una vida. Afortunadamente, en las últimas décadas ha aumentado mucho la conciencia de la lashón hará, en gran medida, gracias a los apasionados textos del Jafetz Jaim (Rabí Israel Meir Kagan) sobre el tema.
1. También está prohibido escuchar lashón hará. ¿Alguien está tratando de venderte información muy maliciosa? Excúsate cortésmente o cambia de tema. O mejor aún, explícale por qué no estás interesado en escuchar eso.
2. A veces, incluso un "halago" puede tener connotaciones negativas. Por ejemplo: "¡Mi vecina es toda una chef! ¡El aroma de su bife a la parrilla me llega al patio todas las noches!". ¿Acaso esto no es, también, una crítica velada a su despilfarrador estilo de vida?
3. "¡Ay, no me preguntes! Prefiero no hablar de Marcos…". Aquí no se dijo lashón hará, ¡pero se la dio a entender!
Nota: Estamos obligados a notificar a la persona de la conspiración que otro planea en su contra. También, se nos exige que compartamos información con toda persona que esté en situación de ayudar a la persona que comete la ofensa. Por ejemplo, ciertamente hay que informar a los padres si su hijo está saliendo con malos amigos.
El Poder de la lengua
Ejercitar el autocontrol sobre lo que decimos es algo admirable. Y todavía más grande es la capacidad de respetar y amar a cada persona verdaderamente erradicando en forma automática todo lo negativo y perdiendo el deseo de compartir mala información referente a ellos.
El poder destructivo del habla negativa es superado únicamente por el poder beneficioso del habla positiva. Alabar y hablar en términos positivos de nuestro prójimo nos beneficia a nosotros mismos, a la persona que está siendo alabada y a la sociedad en general.
Únete a la charla