Estimados Lectores:

Esta Parasha es hermosa y muy emocionante. La Torá nos cuenta como Iaakov bendice a sus doce hijos en el lecho de su muerte. Incluso los dos hijos de Iosef, reciben sus bendiciones, y hoy en día los padres cuando bendicen a sus hijos decimos “Que seas bendecido como Efraim y Menashe.

Hay algo particularmente interesante en las bendiciones de Iaakov que nos deja un profundo mensaje para quienes somos padres o educadores. Faltando poco para su despedida de este mundo Iaakov sabe que debe darle a cada hijo las herramientas para poder desenvolverse y progresar cuando el ya no esté. Iaakov elije enfocarse en las virtudes y debilidades particulares de cada uno para darle una bendición acorde a su necesidad. Podríamos pensar que lo más justo sería bendicir a todos en forma general o darle a cada uno la misma bendición.

Pero como buen padre, Iaakov conocía a sus hijos en detalle y sabía que cada uno necesitaba algo distinto.

En mi experiencia como maestro, vi que a veces intentamos comparar o igualar a los alumnos para ser “justos”, para no hacer “diferencias”. Esta es la injusticia más grande. Cada chico tiene sus fortalezas como buenos padres o maestros debemos ayudarlos a expandirlas, a sentirse orgullosos de ellas, a creer en si mismos con sus individualidades únicas.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy