Estimados lectores:

Esta semana tuvimos dos fechas importantes. Pesaj Shení y Lag Baomer.

Tuve la oportunidad de vivir este Lag Baomer en Israel donde es una fiesta popular, en cada barrio hay fogatas, se hacen parrillitas, los niños no van al colegio, se organizan excursiones al bosque y ni hablar de la peregrinación a la tumba de Rabí Simón bar Iojai.

Ningún otro personaje de la historia del pueblo judío tiene una fecha tan festejada en el día de su fallecimiento. Justamente Rabí Shimón pidió que el día de su fallecimiento sea de festejos y no de duelo, de todos modos, no entiendo por qué uno de los sabios del Talmud, si bien muy importante, sea tan popular, si al parecer no tuvo un impacto en la historia o la supervivencia del pueblo judío, en general nuestras fechas nacionales tienen que ver con algo que afectó a todos (Pesaj, Purim, Janucá, etc).

Rabí Shimón, tuvo que escapar de los gobernantes romanos por opinar de la política romana, que traía beneficios a los habitantes de Israel por que tenían caminos, acueductos, etc pero él dijo que solo lo hacían por su propio beneficio, se escondió durante 13 años en una cueva, donde pudo desarrollar gran parte de la mística judía (durante siglos se mantuvo oculta y secreta).

Quizás este sea el motivo de que su legado sea tan popular y recordado, cuando la enorme mayoría de los judíos (incluso algunos sabios) veían “al progreso romano” con ojos positivos, Rabí Shimón en una actitud totalmente alejada de lo material rescató y permitió que perdure nuestra verdadera esencia.

Sin la mística y la idea de Rabí Shimon de elevarse por encima de lo mundano, de buscar una conexión espiritual, el judaísmo hubiese sido solo seco y pragmático, y quizás Di-s no permita, absorbido por la cultura romana. Por eso Lag Baomer es una fiesta nacional, estamos acá y seguimos siendo judíos gracias a Rabí Shimon y otros sabios similares que no se rindieron y en los momentos más duros hicieron perdurar la llama espiritual del judaísmo.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy