Cuando la Torá dice que Di-s “destruyó la tierra”, significa que Él destruyó “lo terrenal”, es decir la creencia errónea que el mundo existe independientemente de Di-s. El Diluvio sumergió completamente al mundo en consciencia Divina, y fue así purificado de su degeneración moral y se hizo receptivo de una manera permanente a la consciencia Divina. Por lo tanto, ningún otro Diluvio sería necesario.
Ahora, gracias al Diluvio, podemos traer consciencia Divina incluso a nuestras vidas “terrenales”. Primero, debemos sumergirnos periódicamente en Divinidad, en plegaria y estudio diario de Torá, la observancia semanal del Shabat y las festividades judías anuales. Luego, debemos llevar esta percepción Divina a cada faceta de nuestras vidas diarias. Estos esfuerzos acelerarán que el mundo obtenga una consciencia Divina completa en la Era Mesiánica.1
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