Dado que necesitemos los flecos para recordarnos de los 613 mandamientos, pero ¿por qué necesitamos la prenda a la que se atan los flecos? ¿Por qué no cargar los flecos sólos?
La respuesta está en el significado de las prendas. La diferencia entre la ropa y la comida, nuestras dos necesidades principales, es que la comida se vuelve parte de nosotros cuando la comemos, mientras que la ropa siempre permanece fuera de nosotros. La comida, entonces, alude a los aspectos de la Torá que podemos comprender y “digerir”, mientras que la ropa alude a lo que permanece más allá de nuestra captación.
La orden de atar los flecos a una prenda indica que no alcanza con simplemente recordar los mandamientos. El vestir dicha prenda nos ayuda a recordar que la Torá y los mandamientos se originan en la sabiduría de D-os, que trasciende las limitaciones del intelecto humano.1
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