A continuación, D-os especificó los nombres de los líderes de cada una de las tribus que habrían de asumir la propiedad de sus respectivos territorios en nombre de ellas para luego dividir la Tierra de Israel entre sus miembros particulares.
Lograr el calce perfecto
אֵלֶּה שְׁמוֹת הָאֲנָשִׁים אֲשֶׁר יִנְחֲלוּ לָכֶם אֶת הָאָרֶץ וגו': (במדבר לד:יז)
[D-os ordenó a Moshé decir al pueblo judío:] “Estos son los nombres de los hombres que heredarán la tierra en nombre de vosotros.” Números 34:17

Todos somos líderes, ya sea en nuestras familias, en nuestros círculos de amigos, o entre nuestros compañeros de trabajo. En nuestros roles como líderes debemos seguir el ejemplo de los líderes de las tribus del pueblo judío. Así como ellos asignaron una parcela de tierra a cada miembro de la tribu de acuerdo con sus necesidades y capacidades, debemos garantizar que nuestros “seguidores” estén activos de la mejor forma posible, tanto para beneficio de ellos mismos como para beneficio del grupo. Aprendemos de los líderes de las tribus cómo lograrlo: así como ellos asumieron la propiedad de sus respectivos territorios en nombre de sus prójimos judíos, nosotros nos debemos poner mentalmente en el lugar de cada uno de nuestros seguidores para apreciar la personalidad y fortaleza únicas de cada cual.

El líder máximo y único verdadero es, desde luego, D-os mismo. Cuando Él nos asigna una tarea en la vida, lo hace en función de nuestras fortalezas, facultades y talentos únicos. Por lo tanto, si alguna vez deseamos que nuestros desafíos específicos en la vida sean diferentes de lo que son, debemos recordar que fue D-os quien nos los asignó, adaptándolos precisamente a nuestras habilidades y según nuestro mejor interés en el largo plazo.1