En diciembre de 1928, se celebró en Varsovia, Polonia, el matrimonio del Rebe y la Rebetzin Jaia Mushka, hija del entonces Rebe de Lubavitch, Rabí Iosef Itzjak Schneerson.
Para entonces, la lucha heroica de Rabi Iosef Itzjak en nombre de los judíos soviéticos era de renombre mundial, y la alta estima que tenían por él los rabinos, Rebes , los líderes laicos de la comunidad judía europea y los miles de personas de todos los ámbitos se puso de manifiesto en la boda de su hija.
Al comienzo de la boda, el padre de la Rebetzin anunció:
"Es una tradición que las almas de los antepasados de la novia y el novio vengan y participen en la celebración de la boda... A manera de invitación a todos ellos, les ofreceré un maamar (discurso jasídico) que incluye las enseñanzas de nuestros santos y justos antepasados: el Alter Rebe (Rabí Shneur Zalman, fundador del movimiento Jabad), el Rabi Dov Ber de Lubavitch, nuestro bisabuelo (Rabí Menajem Mendel con el mismo nombre del Rebe), nuestro abuelo (Rabí Shmuel de Lubavitch) y mi padre, el abuelo de la novia (Rabí Shalom Dov Ber). Como han dicho nuestros sabios: El que repite una enseñanza debe imaginar que el autor de la enseñanza está de pie frente a él".
Los que asistieron a la boda recordaron la sensación palpable de santidad que impregnaba la habitación cuando Rabí Iosef Itzjak pronunció el discurso.
A cientos de kilómetros de distancia, esa noche, se hacía otra celebración de la boda. En la ciudad de Yekatrinoslav, los padres del Rebe, acosados por las autoridades soviéticas por sus esfuerzos para difundir el judaísmo, no lograron el permiso para viajar a Varsovia. (En 1939, el padre del Rebe sería detenido, cruelmente torturado y confinado al gulag soviético, donde murió en 1944 a causa de las enfermedades y privaciones.)
Impedidos de asistir a la boda de su hijo primogénito, sin embargo, estaban decididos a regocijarse en la alegría.
En una emocionante memoria, la madre del Rebe, la Rebetzin Jana, describió la celebración de la boda celebrada en su casa, que carecía de la presencia física del novio y de la novia, pero que, sin embargo, con una alegría muy poderosa y un profundo dolor en los corazones, llevaron a cabo los padres.
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