Originariamente, los primogénitos judíos eran la clase sacerdotal santificada, que fueron reclutados para el servicio de Di-s cuando se salvaron de la Plaga de los Primogénitos que atacó a Egipto. Sin embargo, cuando los judíos –incluidos los primogénitos- sirvieron al Becerro de Oro, los primogénitos perdieron su estatus y entonces el sacerdocio les fue transferido a la única tribu que no participó de los festejos del Becerro de Oro, o sea, los levitas, y en especial, los hijos de Aarón.

A partir de ese momento, todos los primogénitos varones de los israelitas deben ser redimidos en una ceremonia de pidión haben a cargo de un descendiente de Aarón, alias “un kohen”.

Quién:

Todo varón que sea primogénito de su madre. Excepciones:

1. Si alguno de los padres es hijo de un kohen o un levita.

2. Los bebés que nacen por cesárea.

3. Si la madre sufrió un aborto antes del nacimiento de este hijo, consulta a un rabino.

Si los padres no redimen a su hijo, entonces, cuando este se vuelve adulto, debe redimirse a sí mismo.

Cuándo:

El 31º día de vida del niño. ¿Ya pasó? Entonces cuanto antes.

Los judíos sefaradíes celebran la ceremonia la víspera del 31º día. Los ashkenazíes, el 31º día a la tarde.

¿Qué pasa si ese día cae en Shabat o en una festividad judía? Entonces la ceremonia se realiza la noche siguiente o el día siguiente.

Cómo:

La Torá establece el precio de cinco shekalim, aproximadamente 100 gramos de plata.

Tradicionalmente, la mitzvá se realiza durante una “comida de mitzvá” a la que asiste la familia y algunos amigos. Una vez iniciada la comida, se trae al bebé en una elegante bandeja de plata, adornado con joyas.

“Mi mujer israelita me ha dado este primogénito”, le dice el padre al kohen designado.

Entonces el padre y el kohen mantienen un diálogo preparado de antemano y al finalizarlo, el padre le da al kohen el dinero de la redención, recitando una bendición especial. Entonces el kohen recita una bendición por la copa de vino.

Nuestros Sabios afirman que participar de una comida de pidión haben ofrece el mismo beneficio espiritual que ayunar 84 días (¡!). Es por eso que se acostumbra servir paquetitos de azúcar y ajo, que son alimentos que tienen muchos usos y duran mucho tiempo.