Estimados Lectores:

Esta semana leemos en la Torá sobre el episodio de Dina. La joven hija de Iaakov había sido violada y raptada por el poderoso príncipe Shejem.

Mientras que Iaakov eligió callar, sus dos hijos Shimon y Levi tomaron las armas y decidieron vengar a su hermana y librarla de las manos del malvado Shejem.

La misión era sin duda una misión suicida, dos hermanos inexpertos contra toda la estructura de poder y el ejército hivita. No obstante fueron exitosos y milagrosamente pudieron liberar a su hermana. Al volver Iaakov los regañó por haber puesto en riesgo la vida de toda la familia.

Estas dos visiones siempre estuvieron vigentes en la historia de nuestro pueblo, estuvieron aquellos que aceptaron el yugo opresor en lugar de rebelarse, y también aquellos que se rebelaron contra la opresión incluso sabiendo que morirían en el intento.

En absolutamente todas las épocas convivimos con estas dos líneas de pensamiento, durante la destrucción de los templos, durante la Inquisición, durante la Shoa.

Incluso en nuestra generación, frente a nuestros enemigos actuales vemos que coexisten estas dos posiciones, agachar la cabeza o levantarse y luchar.

Shimon y Levi nos enseñan la importancia del “mesirut nefesh”, la entrega total y absoluta, con tal de defender la dignidad del pueblo de Israel.

Esta enseñanza es en memoria del soldado Eden Atias HI”D de 19 años, apuñalado ayer en un colectivo al volver del servicio, que Hashem le de descanso eterno.

Recemos para que nunca debamos escuchar la muerte de un defensor de Israel y que pronto solo haya paz y armonía entre las naciones del mundo.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy