La Torá comienza con el relato de cómo Di-s creó el mundo en seis días.
El Propósito de la Creación
בְּרֵאשִׁית בָָּרא אֱלֹקִים את הׁשָּמִַים וֵאת הָאֶָרץ: (בראשית א:ב)
En el comienzo de la creación de Di-s del cielo y la tierra...Génesis 1:1

El Midrash nos enseña que Di-s creó el mundo como un “dominio inferior”, es decir, un ámbito inicialmente desprovisto de conciencia Divina, e incluso opuesta a ella, con la intención de que la humanidad llene el mundo con conciencia Divina. La herramienta que Di-s le dio a la humanidad para que sea capaz de lograr esta proeza es la Torá. Por lo tanto el drama de la creación requiere tres elementos: el mundo, la raza humana y la Torá, sirviendo respectivamente como el escenario, los actores y el guión.

Di-s le dio a la humanidad libre albedrío para ignorarlo a El y sus intenciones para el mundo, y eso fue exactamente lo que hicieron las primeras generaciones. De acuerdo con Su decisión de otorgar libertad de elección, Di-s se vio forzado, por así decir, a quitar Su revelación del mundo, ocultándose progresivamente cada vez más detrás de la fachada de la naturaleza.

En respuesta a la elección de la mayoría de la humanidad de ignorarlo, Di-s implementó Su “plan de contingencia”: tomó a una familia que continuaba nutriendo el ideal original de conciencia Divina y los convirtió en una nación, el pueblo judío, a los cuales les confió la misión de cumplir Su propósito original para la creación. El pueblo judío serviría tanto como inspiración y ejemplo para el resto de la humanidad como para exhortarlos a cumplir su rol en Su esquema para transformar el mundo en Su hogar. El libro de Génesis es la crónica de cómo la creación del pueblo judío se volvió necesaria y de cómo ocurrió.1