En ocasión de su 70.º cumpleaños, el Rebe recibió miles de cartas con buenos deseos y felicitaciones de todo el mundo. Entre estas, algunas sugerían que tal vez era hora de "frenar un poco" o de "tomarlo con más calma" después de muchas décadas exitosas y productivas como líder y activista.

La respuesta del Rebe fue doble. En primer lugar, anunció que estaba lanzando una campaña para abrir 71 nuevas instituciones de Jabad en el curso del próximo año; en segundo lugar, lanzó un encendido ataque al concepto de "jubilación".

En esta y otras ocasiones, durante los siguientes diez años, el Rebe habló sobre la injusticia, la ineficacia, la locura y, claramente, la insensatez de cerrar el paso a los ancianos para seguir desarrollando una vida productiva. Después de décadas de logros, sus conocimientos y talentos repentinamente son considerados devaluados, después de años de contribución a la sociedad ya no son beneficiarios de los méritos suficientes y deben sentirse agradecidos cuando la generación más joven deja el trabajo o el juego por media hora para pasar y saludar o cumplir con los requisitos del Día del Padre.

En la superficie, la actitud moderna parece parcialmente justificada. ¿Acaso no es un hecho que las personas se debilitan físicamente a medida que avanzan los años? Pero este, dijo el Rebe, es precisamente el punto: ¿Cómo se mide el valor de una persona? Si su fuerza física ha disminuido mientras que su experiencia de vida, astucia y visión han crecido, ¿es esto una mejora o una disminución?

"De hecho," dijo el Rebe con una sonrisa, "un joven de veinte años puede bailar toda una noche mientras que su abuela se cansa en pocos minutos. Pero el hombre no fue creado para bailar por horas sin fin. El hombre fue creado para hacer la vida en la tierra más pura, más brillante y más santa que lo que era antes que él entrara en escena", algo que una persona mayor puede lograr del mismo modo y hasta mejor que un joven.

Pero el Rebe nunca criticó algo sino para proponer un curso de acción para corregirlo. En 1980, él estableció una red mundial de centros de estudio para personas jubiladas. El estudio de la Torá les daría un nuevo aliciente a sus vidas, dijo el Rebe. Les mostrará su verdadero valor y potencial, y los transformará de "beneficiarios pasados" a ser faros de luz para sus familias y comunidades. La jubilación, utilizada de la manera apropiada, puede ser direccionada como la más potente fuerza hacia su propia erradicación de la mente y vida del hombre.

¿Y cómo celebró el Rebe su 80.º aniversario en 1982? Él volvió a pedir una expansión masiva de las actividades de Jabad en un farbrenguen en honor a la ocasión. Al terminar el último segmento de un discurso que duró seis horas, habiendo empezado a las 9:30 de la noche después de un largo día de trabajo, el Rebe personalmente distribuyó un regalo a cada uno de los diez mil hombres, mujeres y niños presentes: una edición especial de clásico jasídico, el Tania. Los últimos participantes recibieron el Tania a las 6:15 de la mañana.