El sheliaj de Vancouver, Rabbi Yitzjak Wineberg, estaba considerando el lugar más apropiado para construir el Beit Jabad. El preguntó al Rebe si elegir un lugar cerca de la universidad o en el área residencial de la ciudad. Con esta pregunta, el incluyó un mapa de la ciudad, mostrando las áreas principales de población, los shuls, la universidad y la principal área residencial judía. El Rebe subrayó las palabras “área residencial” y encerró en círculo un punto del mapa en el centro, en la calle Oak y la Avenida 41.

Durante los siguientes- cinco años, Rabbi Wineberg examinó la compra de varios edificios. Sin embargo, el Rebe siempre tenía una razón para rechazar las adquisiciones.

Un día, Rabbi Wineberg fue informado de un gran lote de estacionamiento que estaba a la venta. La ubicación parecía atractiva, pero desafortunadamente el precio no. Los propietarios estaban pidiendo medio millón de dólares por la tierra. Rabbi Wineberg sabía que la subsecuente construcción costaría aún más.

El Rabbi Wineberg prefirió buscar alternativas posteriores. Al mismo tiempo, la mayoría de los otros Beit Jabad en los Estados Unidos habían adquirido estructuras existentes, en vez de asumir el peso de construir una propia.

Y el Rebe mismo había aconsejado al Rabbi Wineberg ser conservador cuando se llegase al costo del edificio. Una vez, cuando el Rabbi Wineberg había propuesto la compra de un edificio existente que requeriría una hipoteca de 2,000 dólares por mes, el Rebe le había dicho que la gente en Vancouver podría considerar esto un gasto demasiado grande. A pesar de esto, consultó con el Rebe acerca de continuar en la opción del estacionamiento, y el Rebe respondió afirmativamente.

Junto con uno de sus colaboradores, un hombre de negocios de Vancouver llamado Jack Diamond, el Rabbi Wineberg hizo un viaje de varias horas a la ciudad de Calgary para visitar a la compañía que era propietaria del estacionamiento. Cristianos devotos, los propietarios quedaron impresionados por la causa del Rabino Wineberg y reconsideraron su oferta, bajando el precio a 375.000 dólares. Rabbi Wineberg les dijo que él reconsideraría el asunto y volvió a Vancouver.

Para Rabbi Wineberg $375.000 también era un precio excesivo y más aún, los propietarios querían la suma completa inmediatamente. Inseguro de cómo proceder, nuevamente consultó al Rebe quien le dio una respuesta alentadora. “Continúa en esta dirección. Ahora estamos en el mes de Adar cuando intensificamos nuesta alegría. Planta con alegría; siembra con alegría, construye con alegría. Bendición y éxito."

Después de escribir a Calgary para expresar su interés, pero explicando su deseo de negociar referente a los términos, Rabbi Wineberg recibió una propuesta modificada por parte de los dueños del estacionamiento, que con certeza le habrá puesto feliz.

Los propietarios estuvieron de acuerdo en deducir $7.000 del precio. A más, ellos pedían un pago al contado de solo $75.000, de los cuales prometían devolver a Beit Jabad $50.000 como donación y estuvieron de acuerdo de recibir el resto en un extenso período de tiempo a una tasa de interés baja. Más aún, ellos prometieron devolver el interés como donación a Beit Jabad, a condición de que continúe funcionando como una organización de caridad.

El pago inicial fue hecho con la ayuda de los colaboradores de Lubavitch locales, los planos del edificio fueron preparados rápidamente y la construcción comenzó brevemente después. Fue terminado en el mes de Adar, el mes de la alegría y la primera actividad en Beit Jabad fue la celebración de Purím.

Una vez, mientras revisaba sus papeles, Rabbi Wineberg encontró el mapa original de la ciudad que él había enviado al Rebe. Hasta ese momento, él había dado por sentado que al hacer una marca, el Rebe Shlita estaba indicando el área general en donde debería estar situado Beit Jabad. Ahora, desde el edificio de Beit Jabad, él vio que había sido construido en el preciso punto del mapa que el Rebe había marcado.


“Con el progresar de nuestras actividades,” concluyó el Rabbi Wineberg, “nos dimos cuenta que no podríamos haber deseado una ubicación más central y conveniente.”