Rabbi Yonah Fradkin de San Diego, California, no había planeado deliberadamente desafiar al calendario. Pero la decisión final de establecer una escuela judía local fue tomada tres semanas antes de la apertura del año escolar. Cuando él trabajaba contra reloj para juntar fondos y matricular estudiantes, se le dijo acerca de una carrera de obstáculos aparentemente insuperable: “Tomará por lo menos tres meses antes de que pueda obtener permiso para utilizar el edificio como una escuela. ”

En esa instancia él consultó con el Rebe. “Que tus esfuerzos sean coronados con abundante éxito" replicó el Rebe como bendición. Alentado, Rabbi Fradkin trabajó enérgicamente para lograr su objetivo. Así como él continuó, realmente encontró éxito en todas las dimensiones de su emprendimiento. Se juntaron los fondos, un lugar fue ubicado y los estudiantes fueron matriculados, pero ese único obstáculo parecía ser de veras insuperable.

“Es simplemente irreal esperar que el permiso se materialize tan rápidamente,” le dijeron. “Hay cientos de edificios esperando la inspección antes de que sus permisos sean expedidos. Tu solicitud no tiene chance de recibir prioridad sobre todos los otros.”

Una noche, hubo un golpe en la puerta de Fradkin. “Buenas, soy el representante del municipio, encargado de otorgar los permisos para utilización de edificios. ¿Puedo tener una charla con Ud.?” Preguntó el caballero en la puerta.

El hombre le dijo a Rabbi Fradkin que él estaba experimentando un problema familiar muy angustiante. “Necesito la Ayuda Divina y estoy ansioso de hacer una buena obra para que pueda merecerla. Ayer, alguien me dijo que el Sheliaj del Rebe de Lubavitch en la ciudad está tratando de montar una escuela y ha solicitado un permiso para hacerlo. Me gustaría ayudar. ”