Por David: No compitas con los que hacen el mal; no envidies a los malhechores. Pues, como hierba serán rápidamente cortados. y como vegetación verde serán secados. Confía en Adonái y haz el bien, para que puedas habitar la tierra y ser alimentado por la fe. Ten placer en Adonái, para que El pueda concederte los deseos de tu corazón. Lanza tu camino a Adonái, confía en El y El hará. El hará salir tu integridad como una luz, y tus juicios como el sol del mediodía. Guarda silencio ante Adonái y aguárdalo ansioso. No procures competir con quien prospera, con el hombre que ejecuta malicias. Desiste de la cólera y abandona la ira. No busques la competencia; ella te traerá apenas perjuicio. Pues los malos serán eliminados, mas aquellos que confían en Adonái heredarán la tierra. Apenas un poco más y no habrá perverso alguno; tú observarás su lugar y el ya no estará allí. Mas los humildes heredarán la tierra y gozarán en paz abundante. El perverso planea contra el justo y rechina los dientes hacia él. Pero mi Señor ríe de él, pues ve que su día se aproxima. Los perversos desenvainaran una espada y tensarán su arco para abatir al pobre y al necesitado, para degollar a los de camino recto. Sus espadas se incrustarán en sus propios corazones y sus arcos se quebrarán. Mejor un poco con el justo que una multitud de muchos perversos. Pues los brazos de los perversos serán quebrados, mientras que el sostén de los justos es Adonái. Adonái está atento a los días de los perfectos; su herencia durará por siempre. Ellos no serán avergonzados en momento de calamidad; en días de hambre serán saciados. Pues los perversos perecerán, y los adversarios de Adonái, como pasto de valles, consumidos, como humareda son consumidos. El malvado toma prestado y no devuelve, mas el recto actúa con gracia y da. Porque los bendecidos por El heredarán la tierra, mientras que los por El maldecidos serán extirpados. Por Adonái, los pasos del hombre fuerte son firmes, su camino El aprobará Si cae, no será rechazado, pues Adonái sostiene su mano. Fui joven y también envejecí, pero no vi a un justo abandonado, ni a su simiente mendigando pan. Todos los días él presta graciosamente, y sus hijos son una bendición. Apártate del mal y haz el bien, para que puedas morar por siempre. Pues Adonái ama la justicia y no abandona a Sus devotos. Eternamente serán protegidos, mientras que los hijos de los perversos serán extirpados. Los justos heredarán la tierra y en ella morarán por siempre. La boca del justo expresa sabiduría, y su lengua habla justicia. La Torá de su Dios está en su corazón; sus pasos no vacilan. El perverso vigila al justo y procura darle muerte. Pero Adonái no lo abandonará a su mano, ni dejará que sea condenado en su juicio. Confía en Adonái y cuida Su camino; entonces El te elevará para heredar la tierra. Al ser extirpados los perversos lo verás. Vi un perverso implacable, arraigado como un fresco árbol añoso. Con todo, desapareció y he aquí que no está más; entonces, lo busqué y no fue encontrado. Guarda al perfecto y cuida al recto, pues hay un destino para el hombre de paz. Los pecadores serán destruidos juntos, el destino de los perversos es ser extirpados. La salvación de los justos es de Adonái; El es su fortaleza en momentos de aflicción. Adonái los ayuda y los libera; El los libera de los inicuos y los salva, por cuanto han puesto su confianza en El.
Extraído del libro
Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch
Sudamericana
© Editorial Kehot Lubavitch Sudamericana.
Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.
Derechos Reservados.
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