En Ti, Adonái, me he cobijado; jamás me avergonzaré. Sálvame y libérame en Tu rectitud; préstame oídos y redímeme. Se para mí una roca que ampara, para entrar siempre. Tú ordenaste mi salvación, pues Tú eres mi roca y mi fortaleza. ¡Mi Dios! Rescátame de la mano del perverso, de la palma del que conspira y es violento. Pues Tú eres mi esperanza, Adonái mi Dios, mi seguridad desde mi juventud. En Ti he confiado desde la matriz; Tú me sacaste de las entrañas de mi madre; mi alabanza es de Ti siempre. Fui ejemplo para los muchos, y con todo Tú eras mi poderoso refugio. Llénese mi boca con Tu alabanza, todo el día con Tu gloria. No me eches de lado en la vejez; no me abandones cuando mi fuerza flaquea. Pues mis enemigos dicen de mí, y quienes acosan mi alma conspiran juntos diciendo: "Dios lo ha abandonado. Persíganlo y atrápenlo, pues no tiene salvador". ¡Dios! ¡No Te alejes de mí! ¡Mi Dios! ¡Date prisa en mi asistencia! Que los adversarios de mi alma sean avergonzados y consumidos; quienes procuran mi daño, sean envueltos con bochorno y humillación. En cuanto a mí, siempre guardaré esperanzas; agregaré a todas Tus alabanzas. Mi boca contará Tu rectitud, todo el día [hablaré] de Tu salvación, pues desconozco su número. Vengo con la fortaleza de mi Señor, Dios; menciono Tu rectitud, sólo la Tuya. Dios, Tú me has enseñado desde mi juventud, y hasta éste [día] cuento Tus maravillas. También en la vejez y la ancianidad, Dios, no me abandones, hasta que yo cuente de Tu poderío a las generaciones, de Tu fortaleza a todos lo que habrán de venir. Tu rectitud, Adonái, llega a los altos cielos, pues Tú haces grandes cosas; ¡Dios, quién se asemeja a Ti! Tú, Quien me ha mostrado muchas y nefastas aflicciones, Tú me volverás a revivirme; me alzarás de nuevo desde las profundidades de la tierra. Aumentará mi grandeza; Te volverás y me consolarás. También yo Te agradeceré con lira por Tu fidelidad, mi Dios; Te cantaré con el arpa, Santo de Israel. Mis labios se regocijan cuando Te canto, tal como mi alma a la que has redimido. También mi lengua pronunciará Tu rectitud todo el día, pues quienes buscaron mi daño fueron avergonzados y humillados.