Alabad a Dios. Agradeceré a Adonái con todo mi corazón en el círculo íntimo de los rectos y en su congregación. Grandiosas son las obras de Adonái; accesibles a todos los que las desean [contemplar]. La majestad y el esplendor son Su obra; y Su rectitud perdura por siempre. El ha establecido un memorial para Sus maravillas; graciable y compasivo es Adonái. Dio alimento a quienes Le temen, siempre tiene presente Su pacto. Ha dado a conocer el poder de Sus obras a Su pueblo, para darles la herencia de las naciones. Las obras de Sus manos son ciertas y justas; todos Sus mandatos son fidedignos. Hallan apoyo por siempre, hasta el fin del tiempo, establecidos en la verdad y la rectitud. A Su pueblo envió redención. Su pacto ha ordenado para siempre; santo y temible es Su Nombre. El principio de la sabiduría es el temor a Adonái. Es sano juicio para quienquiera lo hace; Su alabanza perdura por siempre.

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