Para el Director del Coro; por David, un Salmo, una canción: Que Dios Se alce, Sus enemigos sean diseminados, y quienes Lo odian huyen de El. Como es apartado el humo, apártalos; como la cera se derrite ante el fuego, desaparezcan los malvados ante Dios. Y los justos se regocijarán, se alegrarán ante Dios y se deleitarán de júbilo. Cantad a Dios, entonad alabanzas a Su Nombre; exaltad a El que cabalga sobre los cielos con Su Nombre Iah, y regocijaos ante El. Padre de huérfanos y juez de viudas es Dios, en la morada de Su santidad. Dios ubica al solitario en un hogar, y libera a los aprisionados con grilletes; pero los rebeldes [son confinados a] morar en tierra árida. ¡Dios! Cuando saliste ante Tu nación, cuando marchaste por el desierto, sela, la tierra tembló, hasta los cielos gotearon delante de la presencia de Dios; este monte de Sinaí [tembló] ante la presencia de Dios, el Dios de Israel. Vertiste lluvia generosa, Dios; cuando Tu patrimonio estaba cansado, Tú lo sostuviste. Tu rebaño se radicó allí; en Tu bondad, Dios, dispusiste para el pobre. Mi Señor cumplirá la palabra de los heraldos a una gran legión: Reyes de ejércitos huirán, ellos huirán; y ella, que habita el hogar, repartirá botín. Aun si yaces sobre el fogón, [serás como] las alas de una paloma cubiertas con plata, sus extremos con oro brillante. Cuando el Omnipotente disemina reyes en medio de ella, aquellos a la sombra de la oscuridad se harán níveamente blancos. La montaña de Dios es una montaña fértil, la montaña de picos majestuosos es una montaña fértil. ¿Por qué alardean, montañas de picos? Esta es la montaña que Dios ha deseado como Su morada; Adonái incluso morará allí para siempre. Las carrozas de Dios son dos veces diez mil, [con] millares de ángeles; mi Señor está en su medio, en Sinaí, en santidad. Subiste a lo alto y tomaste un cautivo, tomaste regalos para el hombre; y [ahora] hasta rebeldes moran con Dios, Señor. Bendito es mi Señor, Quien cada día nos carga de [de beneficencia], el Dios que es nuestra salvación para siempre. Dios es para nosotros un Dios de salvación; y de Dios, mi Señor, son las muchas avenidas de muerte. Sólo Dios tritura las cabezas de Sus enemigos, la calavera vellosa de quien marcha con sus fechorías. Mi Señor dijo: "Yo devolveré desde Bashán, devolveré desde las profundidades del mar, que su pie pueda pisotear la sangre [del enemigo]; que la lengua de tus perros tenga su porción de tus enemigos". Ellos vieron Tus modos, Dios, las maneras de mi Dios, mi Rey, en la santidad. Los cantores comenzaron, luego los músicos, en medio de las doncellas tocando panderos. En asamblea bendecid a Dios; [bendice a] mi Señor, tú cuya fuente es Israel. Allí Biniamín, el más joven, los rige; los príncipes de Iehudá los apedrean, [como hacen] los príncipes de Zevulún, y los príncipes de Naftalí. Tu Dios ha decretado tu fortaleza. Muestra Tu poderío, Dios, Quien produjo esto en aras de nosotros. [Por la gloria de] Tu Santuario sobre Jerusalén, reyes Te traerán tributo. Reta a la bestia salvaje de los juncos, la asamblea de potentes toros entre las terneras de las naciones, [hasta] que cada uno se someta con pieza de plata. Dispersa a las naciones que desean guerras. Nobles vendrán desde Egipto; Kush apurará [a alzar] sus manos a Dios. Reinos de la tierra, ¡cantad a Dios! ¡Entonad [alabanza] a mi Señor siempre! A Aquel que cabalga sobre el más excelso de los antiguos cielos, mira, El pone Su voz, una voz de poderío. Tributad poder a Dios; Su majestad está sobre Israel, y Su poderío está en el cielo. Dios, temido eres desde Tu Santuario; es el Dios de Israel el que otorga fortaleza y fuerza al pueblo [Suyo]; bendito es Dios.
Extraído del libro
Tehilím con Fonética y Español, de la Editorial Kehot Lubavitch
Sudamericana
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Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización escrita de la Editorial.
Derechos Reservados.
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