El Rebe dijo en cierta ocasión a un jasid de Gur llamado Rabí Neiman: “El mundo dice que estoy loco por Mashiaj, ¡y tienen toda la razón!”.1
De hecho, si hay algo por lo que el Rebe y Jabad en general son conocidos, es por su ferviente creencia en la inminente llegada del Mashiaj. Esta fuerza teleológica estaba en la raíz de todo lo que el Rebe decía y hacía. Pero, ¿qué significa esto en realidad y qué tiene que ver con el Sesgo de Positividad del Rebe?
Sin profundizar demasiado en los puntos más sutiles de la filosofía y la profecía judías, el Mashiaj es el personaje principal en desarrollo, a la vez perpetuamente ausente y potencialmente presente en todo momento, a lo largo de nuestra historia de la Creación y la Redención. Su inevitable llegada señalará la redención final y la meta de la historia, cuando el mundo se acondicione y la verdad sea tan clara como el día para todos.
La creencia del Rebe en el Mashiaj como la culminación del drama divino/humano le dio a él, y a todos los que inspiró, más que una esperanza, una fe vívida en el resultado positivo final de todos los amargos exilios y alienaciones del mundo.
Un aspecto fundamental de lo expuesto es que todos nosotros tenemos un gran trabajo por delante para que ello ocurra; es nuestro deber preparar espiritualmente al mundo y prepararnos nosotros mismos en aras de la redención. Desde esta perspectiva, la historia ha sido un curso intensivo de miles de años para traer al Mashiaj a nuestro entorno desde los planos superiores, desde el puro potencial poético a la realidad física.
Es esta misma combinación de creencia en la bondad suprema de Di-s y en nuestro propio poder personal para impactar positivamente en el mundo lo que forma la base del Sesgo de Positividad del Rebe.
El Rebe creía que estamos viviendo en tiempos mesiánicos. Desde que era un niño pequeño, el Rebe anhelaba ese inminente gran día, y a pesar de los tiempos inmensamente difíciles que vivió, nunca dejó de alimentar ese sueño. En una carta2 dirigida a Itzjak Ben Zvi, el segundo presidente de Israel, el Rebe escribió:
Desde que era un niño que asistía al jeider (escuela), e incluso antes, comenzó a tomar forma en mi mente una visión de la futura redención, la redención de Israel de su último exilio, una redención que explicaría el sufrimiento, los decretos y las masacres del exilio....
En muchos sentidos, este anhelo es lo que hizo que el Rebe fuera único entre otras figuras judías destacadas de nuestro tiempo. La mayoría de los líderes ven su vida y su impacto en términos de su generación específica, pero el Rebe veía su papel a través del lente más amplio de la historia en su totalidad. Veía a su generación como un todo, y al mismo tiempo también como una parte pequeña pero decisiva de una superestructura y un metaproceso mucho más amplios.
Por lo tanto, dondequiera que se mire en las enseñanzas del Rebe, allí está: el anhelo por Mashiaj. A veces implícito, pero más a menudo explícito, en casi todas sus alocuciones y cartas, el Rebe revela la aspiración más cercana a su corazón: Un ardiente deseo de ver a nuestro imperfecto mundo entrar en una era de paz y plenitud, desprovista de guerra y sufrimiento, repleta de bondad revelada y de la búsqueda del conocimiento Divino.
De hecho, el Rebe articuló más claramente los contornos de este sueño en la misma noche en que asumió el rol de líder de Jabad Lubavitch, el 10 de Shevat de 5711 (1951), en su discurso titulado Bati Legani.
En ella, su primera enseñanza pública como Rebe, cita siglos de historia midráshica, revelando la importancia primordial de este mundo para Di-s como Su “jardín” y “morada” más deseada, así como su simultáneo vacío espiritual —“la Shejiná (la Presencia Divina) está en el exilio”3 — esperando ser recibido de vuelta a casa. Y aquí es donde entramos nosotros. Como “jardineros” encomendados por Di-s, es nuestro trabajo mantener y cultivar el mundo para la residencia eterna de Él.
En las palabras del Rebe en la misma noche en que asumió ese nombre, después de miles de años de pequeños pasos y saltos cuánticos, que se remontan a Adam y Javá en el Jardín del Edén, “depende de nosotros completar el trabajo y marcar el comienzo de la redención final”.
Ahí está: El sueño redentor del mundo del Rebe. Nada menos que llevar a la humanidad a través de la línea de meta de la historia y marcar el comienzo de la era mesiánica.
¿Pero cómo?
No para cambiar la realidad, sino para abrir nuestros ojos
Una de las enseñanzas axiomáticas sobre el Mashiaj que el Rebe solía compartir es que el Mashiaj no vendrá a cambiar la realidad, sino que expondrá la realidad tal y como es.
Para respaldar esta idea, solía decir que la palabra hebrea para exilio tiene las mismas letras que la palabra hebrea para redención, excepto por la adición de la letra alef. La adición de la alef muestra que la redención no invalidará el trabajo que hicimos durante el exilio, sino que incluirá y elevará el propio exilio al evidenciar la alef del Alufó shel olam —el Amo del universo— dentro del exilio. En otras palabras, la forma en que Di-s tiene el control y dirige el mundo incluso durante el exilio.
También muestra cómo la redención sólo se logrará a través de nuestro servicio a Di-s durante el exilio, ya que la palabra redención está formada por las letras de la palabra exilio con la adición de la alef, similar al concepto de descenso con el propósito de ascender, como se mencionó anteriormente.
En este aparente simple juego de palabras, el Rebe está señalando un poderoso cambio de paradigma en nuestra comprensión del Mashiaj.
Mashiaj no significa la expresión de una palabra o mundo totalmente diferente. Las letras o la infraestructura de nuestras vidas y del universo seguirán siendo fundamentalmente las mismas, excepto que el alef se revelará, sonriéndonos silenciosamente desde el tumulto de nuestras experiencias, revelando el jardín de la unidad interior.4
Signos de los tiempos
En cierta ocasión le preguntaron al Rebe: Si pudiera elegir cualquier época de la historia para vivir, ¿cuál sería?
“Esta”, respondió inmediatamente.5
A través de sus innumerables enseñanzas espirituales, sus inspiradoras interacciones personales y sus audaces proyectos de alcance público, el Rebe desarrolló espiritualmente y expresó activamente la idea de que somos “la última generación del exilio y la primera de la Redención”.6
Por lo tanto, estamos viviendo en la cúspide transitoria de una insondable evolución de la conciencia: una revolución espiritual. Se trata de un privilegio extraordinario y una enorme responsabilidad, ya que nuestras vidas individuales y colectivas están colocando, literal y metafóricamente, las últimas piedras del puente entre el exilio y la redención.
Basado en esta comprensión escatológica de dónde estamos en el proceso de la historia, el Rebe vio las señales de la inminente llegada del Mashiaj por doquier, desde los acontecimientos mundiales hasta las tendencias sociales, y los avances en la tecnología y la medicina. Desde su discurso inaugural, y en miles de ocasiones a partir de entonces, el Rebe declaró que su misión era capacitar a otros para ver el mundo a través de una lente similar, para entender y apreciar la naturaleza de los tiempos milagrosos y significativos que estamos viviendo, en aras de vislumbrar el alef oculto dentro del mundo y los acontecimientos que se arremolinan a nuestro alrededor.
Tradicionalmente, la gran cantidad de profecías bíblicas relacionadas con la redención se han visto a través de una lente sobrenatural, y por lo tanto se consideraban irreconciliables con nuestra realidad y experiencia diarias. Se entendían como “anomalías” milagrosas y, por tanto, como claros signos de intervención Divina.
Sin embargo, hoy en día, según el Rebe, muchos de los “milagros” profetizados pertenecientes a la era mesiánica han comenzado a existir en diferentes grados de concreción. Por lo tanto, el cumplimiento de las palabras de los profetas ya no requiere una imaginación salvaje o un salto de fe ciego para contemplarlo. Según el Rebe, se trata más bien de “abrir los ojos” en aras de percibir debajo de la superficie de los acontecimientos y avances “naturales”, con el fin de reconocer la Mano del Creador actuando en la historia.
Como ejemplo:
El Rebe vio en el surgimiento del feminismo las etapas iniciales de la profecía de Jeremías: Porque el Señor ha creado algo nuevo en la tierra, la mujer se elevará sobre el hombre.7
En numerosos países y culturas de todo el mundo ha habido un cambio general en la dirección de incluir y promover las voces, los problemas y los derechos de las mujeres. Hoy en día, las mujeres están ganando cada vez más poder político y constituyen más de una quinta parte de los miembros de los parlamentos nacionales, y siguen aumentando.8
Del mismo modo, como hemos explorado, el Rebe vio en la contracultura emergente de la década de 1960, numerosos ejemplos de los cambios sociogeneracionales profetizados y los conflictos que se producirían antes de la llegada del Mashiaj; por ejemplo, las palabras de Isaías de que la juventud será insolente y rebelde con sus mayores.9
En lugar de interpretar esas palabras de forma apocalíptica, el Rebe optó por centrarse en los posibles resultados positivos de esas expresiones radicales de la juventud, y así trató de validarlas y reforzar sus puntos favorables.
El Rebe, junto con varios otros líderes jasídicos, incluyendo a su suegro, el Rebe Anterior, sintió lo que ellos consideraban el comienzo de los “dolores de parto”10 del Mashiaj en los diversos eventos cataclísmicos del siglo XX, particularmente la Segunda Guerra Mundial.
De similar modo, el Rebe vio11 la Guerra de los Seis Días, y el correspondiente despertar espiritual masivo y la inmigración de judíos fervorosos que se trasladaron a Israel, como un guiño simbólico a la profecía de Isaías de que Acontecerá en ese día que sonará el gran shofar…12 La profecía continúa describiendo la reunión de los judíos “perdidos” y “dispersos” en el exilio, cuando regresen a Jerusalem en la redención final.
Con la aparición de varias tecnologías de la comunicación a lo largo del siglo XX —desde el teléfono a la radio, pasando por la televisión y hasta los inicios de Internet— el Rebe vio el potencial, no de más discordia y confusión, sino de más comunicación y conexión. Además, con la introducción de la World Wide Web, al hacer que toda la información sea accesible hasta el último rincón del planeta, se han sentado las bases para que el mundo se llene de la palabra de Di-s,13 ¡literalmente!
Esta visión redentora del mundo es la máxima expresión del Sesgo de Positividad del Rebe. Las guerras, las revoluciones, los levantamientos, los rápidos cambios de conciencia —por muy inquietantes que puedan ser para nuestras vidas en el momento y para el orden establecido del día— nos conducen en definitiva hacia una unión más perfecta, un sistema superior de verdad y armonía. Esta era la fe inquebrantable del Rebe.
¡El tiempo es ahora! El mundo está preparado para más luz. ¿Lo estamos nosotros?
¿Podemos mantener la compostura y la dirección en medio de lo que parece ser la locura de un nuevo mundo que está naciendo? ¿Podemos aferrarnos a la promesa de la bondad y la Divinidad reveladas? ¿Podemos ver más allá de la destrucción y no perder la esperanza? Esto requiere trabajo y fe. El trabajo de desarrollar y mantener una perspectiva positiva para seguir avanzando hacia la luz. Necesitamos tener fe en que las chispas realmente están ahí, esperando ser reconocidas y elevadas.
De hecho, a pesar de lo que los pesimistas nos quieren hacer creer, en realidad estamos viviendo tiempos benévolos sin precedentes. En lugar de retroceder, que es lo que a menudo parece, nuestro mundo está progresando, y a una velocidad vertiginosa. Pero a menudo es necesario cultivar una perspectiva positiva y expansiva para ver el bosque resplandeciente a través de los árboles humeantes.
En enero de 2018, la revista Time dio la bienvenida a Bill Gates como su primer editor invitado en sus 94 años de historia. Gates diseñó la edición en torno a una mentalidad que había respaldado durante años: el optimismo. Entonces invitó a las mentes más brillantes del mundo y a expertos en el progreso mundial para que compartieran sus conclusiones. En una entrevista que concedió para explicar por qué decidió editar un número de Time, explicó:14
“Leer las noticias de hoy no da una sensación precisamente optimista. Pero muchos de los terribles acontecimientos que leemos han ocurrido en el contexto de una tendencia más amplia y positiva. En general, el mundo está mejorando mucho”.
No se trata de una visión ingenuamente optimista; está respaldada por datos.
Según el historiador económico sueco Johan Norberg, que escribió un importante libro sobre el tema, titulado “Progress”:
“Si alguien te hubiera dicho en 1990 que en los próximos 25 años el hambre en el mundo disminuiría un 40%, la mortalidad infantil se reduciría a la mitad y la pobreza extrema se reduciría en tres cuartas partes, le habrías dicho que era un ingenuo.
“Pero los ingenuos tenían razón. Esto es realmente lo que ha ocurrido”.15
Y no sólo eso:
Durante la mayor parte de la historia de la humanidad en todo el mundo, la esperanza de vida rondaba los treinta años. Hoy, en la mayoría de las zonas desarrolladas del mundo, supera los ochenta. En 2030, llegará a más de noventa años en algunas partes del mundo.
En la década de los noventa había más de 60.000 armas nucleares en todo el mundo, pero en 2018 ese número se ha reducido a aproximadamente 10.000 armas nucleares.16
Hace doscientos años, el 90% del mundo vivía en la pobreza extrema; hoy esa cifra es del 10%.
De hecho, según el destacado intelectual público israelí Iuval Harari, hoy mueren más personas por comer demasiado que por comer poco.
Gracias a demasiados avances médicos para contarlos, hoy los “cojos bailan” con la ayuda de prótesis, los “ciegos pueden ver”, pues ya se ha curado el 80% de las deficiencias visuales,17 y gracias a la investigación con células madre los científicos están en camino de curar la sordera,18 dando vida a las profecías mesiánicas de Isaías:19 Entonces se abrirán los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos. Entonces el cojo saltará como un ciervo....
Como señaló el Rebe en una de sus alocuciones,20 incluso la ONU, a pesar de sus muchas intrigas e imperfecciones, canalizó esta energía mesiánica de la época cuando decidió mostrar de forma destacada en el hall de entrada las palabras proféticas de Isaías:21 Y entonces convertirán sus espadas en rejas de arado, y no alzará espada nación contra nación, expresando la intención de trabajar por la causa redentora de una paz internacional duradera.
La lista continúa. Y cada nuevo “milagro” revela el cumplimiento, en algún nivel, de otra visión profética relacionada con el amanecer de la era mesiánica de la Redención según nuestros profetas de antaño.
Gates concluye su entrevista: “Este número de Time [es] un curso intensivo sobre por qué y cómo está mejorando el mundo. Espero que te inspire para hacerlo aún mejor”.
Entregando el bastón de mando
En una fría noche de martes de febrero de 1992, justo dos años antes de fallecer a la edad de 92 años, se pudo ver al Rebe de pie en la entrada de la sede de Jabad en el 770 de Eastern Parkway durante horas y horas. Saludando personalmente a los miles de personas que habían hecho fila, el Rebe entregó a cada persona una copia recién impresa del que sería el último discurso que editó y distribuyó antes de su fallecimiento.
Comenzando con el versículo (Éxodo 27:20) Veatá Tetzavé —Y te conectarás/comandarás— este discurso ha llegado a ser considerado el último testamento de ética del Rebe.
Junto con su primer discurso público, Bati Legani, proporciona una especie de capítulo final a los más de cuarenta años de sus enseñanzas transformadoras.
En él, entre otras muchas cosas, el Rebe reconoce22 y articula ciertos aspectos históricos y espirituales únicos de la experiencia judía en la época actual. El Rebe citó la conocida metáfora rabínica que compara al judío con una oliva, porque sólo al presionarla es que se revelan su aceite y su luz interiores. El Rebe afirma entonces que, históricamente hablando, el Pueblo Judío fue más “productivo” y piadoso cuando fue “oprimido” a través de duros decretos, opresiones y masacres.
Estas condiciones impuestas externamente activaron una dimensión supra racional del alma, que permitió a nuestros antepasados aferrarse obstinada y milagrosamente a sus tradiciones y fe judías frente a la muerte, la desgracia y el ostracismo.
Pero todos conocemos el dicho: “Es más fácil luchar por los propios principios que vivir de acuerdo con ellos”. Según el Rebe, ésta es precisamente la situación existencial en la que se encuentran los judíos contemporáneos. Pues ahora, con la desaparición de la gran mayoría de las amenazas diarias y sistemáticas a las formas de vida judías, el judío moderno se enfrenta a un reto aún mayor: encontrar la inspiración interior para estar dispuesto a vivir como judío, y no sólo estar dispuesto a morir como tal.
Además, tras el progresismo europeo, la tendencia general de la sociedad en el mundo occidental ha sido la disminución de las expresiones organizadas de religiosidad y el correspondiente aumento del humanismo secular. Mientras que externamente esto puede parecer a muchos un signo de degeneración espiritual, el Rebe lo reconoció como la oportunidad que era. Porque ésta no es más que otra forma en la que el judío de hoy está libre de muchas de las presiones externas para comprometerse y expresar su compromiso con la fe y la identidad judías que prevalecían en el pasado. El judío moderno, según el Rebe, está cada vez máslibre para conectarse con su comunidad, herencia y tradición judías.
El Rebe veía la historia judía a través de la lente de una vida humana. Al igual que un bebé, cuyos primeros pasos y desarrollo requieren una atención constante y un afecto tranquilizador, el Pueblo Judío en su infancia como nación durante los tiempos bíblicos requirió milagros manifiestos y la revelación de la Divinidad para ayudarles a aprender a salir de Egipto. Este cuidado espiritual continuó mientras Israel crecía a través de las revelaciones Divinas, y bajo el ala de sacerdotes y profetas, jueces y reyes. Pero con el paso del tiempo, el Pueblo Judío continuó madurando espiritualmente, y junto con esta maduración la presencia revelada y la providencia de Di-s disminuyeron correspondientemente. Este viaje ha creado las condiciones para que crezcamos en nuestra propia fe y desarrollemos una conexión con Di-s y una visión espiritual del mundo que proviene de nuestro interior, sin presión externa o incluso sin revelación. Esto nos ha dado la oportunidad excepcional de manifestar el último, más profundo y más alto nivel de fe.
“Mientras el cumplimiento de la Voluntad de Di-s por parte de un judío esté motivado externamente —por muy loable que sea esa motivación en sí misma— no está todavía completo”, dijo el Rebe en 1991.
De hecho, está claro por muchas conferencias y pronunciamientos públicos durante este período, que el Rebe estaba preparando muy conscientemente a sus seguidores y futuros admiradores para su partida. A través de todo esto, un mensaje fundamental suena fuerte y claro: Todos debemos ser auto-emprendedores. No podemos confiar en la “ayuda” del exterior, ni siquiera a través de las dificultades que despiertan la fe, y mucho menos en el apoyo positivo externo, la guía constante y las nuevas enseñanzas. Debemos encontrar esa luz eterna dentro de nuestras propias almas y encenderla, no una vez, sino una y otra vez, mediante buenas acciones, el cultivo de una perspectiva positiva y providencial, y expresiones apasionadas de santidad y fe.
“¿Qué otra cosa puedo hacer para que todo el Pueblo Judío se agite, grite de verdad y traiga efectivamente al Mashiaj en la actualidad? .... Todavía estamos en el exilio.... y, lo que es más importante, en un exilio interno con respecto a servir a Di-s”, gritó el Rebe en la primavera de 1991. “Lo único que puedo hacer es cederlo a ustedes: Hagan todo lo que puedan... para traer realmente a nuestro justo Mashiaj, de forma inmediata y directa.... Yo he hecho mi parte, a partir de ahora ustedes deben hacer todo lo que puedan”.23
En el invierno de 1992, más o menos al mismo tiempo que la publicación de Veatá Tetzavé, Gabriel Erem, el director general y editor de la revista Lifestyles, se acercó al Rebe mientras distribuía dólares. “Con motivo de su 90° cumpleaños”, dijo Erem al Rebe, “vamos a publicar un número especial... ¿Cuál es su mensaje para el mundo?”.
“Noventa”, respondió el Rebe, “es el valor de la letra hebrea tzadik. El significado de la palabra 'tzadik', es 'una persona verdaderamente justa', [la más alta atribución espiritual]. Y eso es una indicación directa de que está en el poder de cada judío convertirse en un verdadero tzadik, una persona justa, y de hecho deberían hacerlo durante muchos años, 'hasta los 120' (por el resto de su vida)”.24
Este mensaje, añadió el Rebe, se aplica igualmente a los no judíos.
Tradicionalmente, la palabra tzadik se ha aplicado exclusivamente a los líderes santos de excepcional talla espiritual, pero en este caso, y cada vez más hacia el final de su vida, el Rebe la aplicó a todos.
Ya no es suficiente que una elite de líderes santos cuide el jardín de Di-s. Debemos, todos y cada uno de nosotros, aceptar la invitación de Di-s a desempeñar nuestro papel en la fase final del drama metahistórico de la redención mundial.
Esta democratización de la responsabilidad Divina es precisamente el cambio paradigmático que el Rebe trató de inspirar y fortalecer dentro de cada individuo, del Pueblo Judío y de la humanidad en su conjunto.
Desde el sueño redentor de un niño precoz hasta una audaz visión de la renovación cósmica, las historias y enseñanzas que se exploran a lo largo de este libro culminan, en cierto sentido, en la llamada a la acción del Rebe:
Nuestra generación está en una posición única para calibrar las condiciones de un cambio monumental. El futuro depende de cada uno de nosotros. Conviértete en el tzadik que ya eres. El mundo es el jardín de Di-s; cada uno de nosotros somos sus humildes jardineros. Cuídalo y embellécelo como sólo tú puedes hacerlo.
Ya no estamos esperando a Mashiaj, ¡Mashiaj nos está esperando a nosotros!
Un nuevo día se acerca; despertemos el amanecer.
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