Por David: Júzgame, Adonái, pues he caminado en mi inocencia, y en Adonái confié, no vacilaré. Examíname, Adonái, ponme a prueba, refina mi intelecto y mi corazón. Pues Tu benevolencia está delante de mis ojos, he caminado en Tu verdad. No me senté con hombres falsos, ni me asocié a hipócritas. Odie la compañía de malhechores, y con malhechores no me sentaré. Lavaré mis manos en inocencia, para poder circular Tu altar, Adonái. Para dar voz al agradecimiento, y narrar todos Tus actos maravillosos. Adonái, amo la casa de Tu residencia, el lugar en que reside Tu gloria. No juntes mi alma con pecadores, ni mi vida con derramadores de sangre. En cuyas manos hay conspiración, cuya diestra está llena de soborno. En cuanto a mí, andaré en mi perfecta inocencia; redímeme y muéstrame favor. Mi pie está asentado en un lugar llano; en las asambleas, bendeciré a Adonái.