Para el Director del Coro, sobre el [instrumento llamado] shushán eidut. Un mijtám por David, para enseñar, cuando libró batalla con [la gente de] Arám Naharáim y Arám Tzová, y Ioav regresó y golpeó a Edóm en el Valle de Sal, doce mil [hombres]: ¡Dios, nos abandonaste, nos has quebrantado! ¡Te enfureciste! ¡Regresa a nosotros! Hiciste temblar la tierra, la quebraste, ¡sana sus fragmentos, pues tambalea! Mostraste severidad a Tu nación, nos diste a beber vino que embota. [Ahora,] da a quienes Te temen un estandarte para alzarse, en aras de la verdad, por siempre. Para que Tus queridos puedan ser liberados, ayuda con Tu diestra y respóndeme. Dios dijo con Su Sagrado [Espíritu] que me alegraré; [que] dividiré [por sorteo] a Shejém, y mediré [en parcelas] el Valle de Sucot. Mío es Guilád, mío es Menashé, y Efráim será la protección de mi cabeza; Iehudá es mi príncipe. Moáv es [quien me trae] mi tazón de lavado, y sobre Edóm lanzaré mi calzado; por mí, filistea hará resonar [coronación]. ¿Quién me traerá dentro de la ciudad fortificada? ¿Quién me conducirá a Edóm? ¿No es acaso Tú, Dios, Quien [hasta ahora] nos ha abandonado, y no salió [adelante] con nuestras legiones? Bríndanos alivio del opresor; inútil es la salvación del hombre. Con [la fuerza de] Dios haremos valientemente, y El someterá a nuestros opresores.