Para el Director del Coro, una canción, un Salmo: ¡Alzad voces en júbilo a Dios, toda la tierra! Cantad la gloria de Su Nombre; haced gloriosa Su alabanza. Decid a Dios: "¡Cuán imponentes son Tus actos!" Por Tu gran fortaleza, Tus enemigos [admitirán] su traición a Ti. Toda la tierra se prosternará a Ti, y Te cantará; ¡cantarán alabanza a Tu Nombre por siempre! Id y ved las obras de Dios, temible en Sus actos hacia la humanidad. El volvió el mar en tierra seca, y ellos cruzaron el río a pie; nos hemos regocijado en El allí. El rige el mundo con Su poder, y Sus ojos observan a las naciones; que los rebeldes no se enaltezcan a sí mismos, sela. Bendecid a nuestro Dios, naciones, y que se haga oír la voz de Su alabanza. El nos mantuvo vivos, y no permitió que nuestros pies vacilaran. Pues nos has sometido a prueba, Dios; nos refinaste como se refina la plata. Nos llevaste a prisión; colocaste una cadena sobre nuestras caderas. Montaste hombres [vulgares] sobre nuestra cabeza; pasamos por fuego y agua, y Tú nos sacaste a la abundancia. Vendré a Tu Casa con holocaustos, pagaré los votos que pronunciaron mis labios y mi boca dijo en mi angustia. Elevaré a Ti holocaustos grasos, con el humo de carneros; ofrendaré ganado con machos cabríos, sela. Venid, escuchad, todos los que temen a Dios, y contaré qué ha hecho El por mi alma. Llamé a El con mi boca, con exaltación bajo mi lengua. De haber visto yo iniquidad en mi corazón, mi Señor no habría escuchado. Pero en verdad, Dios oyó; atendió la voz de mi plegaria. Bendito es Dios, quien no apartó mi plegaria, ni Su bondad de mí.