Para el Director del Coro de Majalat, un Maskíl por David: El desgraciado dice en su corazón: "¡No hay Dios alguno!" Se corrompieron y actuaron abominablemente por vías de la iniquidad. Ninguno de ellos hace el bien. Dios observó desde el cielo a los hombres para ver si hay alguien que reflexiona, alguien que procura a Dios. Cada uno de ellos es impuro, no hay quien haga el bien, no hay siquiera uno. ¿No saben, los hacedores de maldad, los que devoran a Mi pueblo como si comieran pan, los que no claman a Dios? Los acosará el miedo, un terror como jamás hubo. Pues Dios esparce los huesos de aquellos acampados contra ti, los avergonzaste pues Dios los aborreció. ¡Quién dará que de Tzión venga la salvación de Israel! Cuando Dios haga retornar a los cautivos de Su pueblo, Iaacov se alegrará, Israel se regocijará!